Politiqueo, amiguismo y votaciones predecibles. Eurovisión nunca se caracterizó por ser uno de esos concursos donde "el mejor es el que se lleva el gato al agua", que diría Espido Freire.
Sin embargo y pese a contar siempre con nuestros adorables vecinos para sacarnos del pozo de los 0 points, España se encontrará este año vendida al mejor postor de los países del Este. Así, ni Andorra ni Portugal están dispuestas a ayudarnos en la final a no ser que TVE eche para atrás su cruzada contra Soraya. ¿Recuerdan lo que les contaba?
Aunque en un principio TVE intenta parecer dispuesta a ganar este año "yendo a por todas", la cadena ha preferido curarse en salud y boicotearse a sí misma con el televoto.
TVE no emitirá la semifinal en la que nuestros vecinos se la jugarán de una sola vez. Aunque le tocaba votar por sorteo a Andorra o a Portugal, TVE ha pedido expresamente a los miembros de la UER participar en las votaciones de la segunda semifinal donde no habrá ni un país vecino (ni siquiera Francia, parte del Team Four).
O sea que antes de que Soraya cante o de el cante, daremos nuestro apoyo a Eslovenia, Dinamarca, Azerbayán, Países Bajos, Letonia, Hungría, Serbia, Noruega, Ucrania, Grecia, Lituania, Polonia, Croacia, Estonia, Moldavia, Chipre, Irlanda, Eslovaquia o Albania. ¿Creen que alguno de estos se acordará de la bandera rojiamarilla para devolverle el favor?
Tampoco le importa en exceso a TVE perder parte de los cientos de euros rumanos que hubiesen conseguido recaudar en ese semifinal en la que también cantará el país de Drácula.
¿Desea TVE realmente cerciorarse de que Soraya no conseguirá salir de los últimos puestos de la tabla?, ¿podemos permitirnos el boicot en masa de Francia, Rumanía, Andorra y Portugal?, ¿tenemos que creernos que de los cinco canales de la TDT ninguno pueda emitir en directo la semifinal en la que participan nuestros países vecinos?
La excusa que pone el Ente es que, en su lugar, la 2 emitirá debate sobre el estado de la nación y La 1, una gala especial con la propia Soraya. Ya saben: Micky, Karina, Misiego... y esas modernidades eurovisivas que se repiten año a año y que nos ayudan tanto.
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