Nuria Roca vuelve a la selva africana (condujo Aventura en... para Antena 3) en un programa que poco o nada tiene que ver con Pekin Express. Indecoroso e indecente ver cómo trata la televisión un continente del que podríamos descubrir y aprender tantas historias que desconocemos.
Las cámaras de Cuatro han llegado a las selvas vírgenes para prostituirlas, mostrarnos a los indígenas como retrasados machistas y hacer de los supervivientes europeos unos auténticos héroes.
Miserable este nuestro primer mundo que contempla, tuvo un buen resultado de audiencia, como si un documental se tratase lo que se cuece tras las cámaras de este insultante reality.
La talla famosil de los supervivientes de Honduras en Telecinco no intenta al menos reproducir una sociedad ajena a la nuestra, ni la destruye desde su objetivo. El programa de Cuatro, sin embargo, tiene un tufillo moralizante que echa para atrás. La tribu de Cuatro, como la de Sardá, es aburrida y ajena al interés de un público, que tarde o temprano les dejará perdidos de verdad. Se lo merecen.
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