A Zapeando le falta ímpetu, riesgo, ser menos políticamente
correcto y tener más mala baba. El problema es que les gusta la tele y ahí
engloban a toda la tele, pero hay cierta tele que no debería ser tratada con
respeto y eso lo hacía muy bien Sé lo que hicisteis con sus críticas
despiadadas a la telebasura.
El montaje que hicieron en su estreno, un vídeo de Entre
Todos con Tamara Falcó debería de haber sido analizado después como se merece:
el programa de los pobres y el programa de los megaricos, las dos Españas que
la tele está potenciando perversamente. Visto por sí solo, sin un análisis
posterior, el gag ponía los pelos de punta.
El programa recoge la moda Sálvame: Se trata de rellenar
minutos televisivos hablando y hablando de cortes de tele con secciones como
gazapos o adivinanzas. Si le dieran un aire más gamberro, aguerrido, cómico y
visceral la cosa cogería un tono que aún no tiene. Ahí está el hermano de Thais
Villas que parece ser el que más personalidad tiene para ejercer de Tacañón del
todo, pero aún está verde. Chistecitos, ocurrencias, charloteo y, eso sí, un
público muy integrado. Con todo, insuficiente.
Necesitamos un programa de tele que destripe a los demás
programas viendo sus fallos, sus intenciones, analizando a qué espectadores
está dirigido y cómo se hace esta tele para su consumo rápido. Las buenas
intenciones con los compañeros se quedarán en flojos datos de audiencia. De
momento medio millón y 3,9% de cuota el día del estreno. ¿Aguantarán zapeando lightmente hasta navidades?
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