martes, 28 de abril de 2009

¡Sálvame, cerdo!




No diré que tiene cara de pequeño puerco, ni tampoco hablaré de las cerdadas que hizo a tantas personas durante años, vivos y muertos, y ya hecha su matanza en los tribunales. Comentaré en todo caso la deslumbrante puesta en marcha de un programa imaginativo, transgresor, cargado de talento, buen hacer, sabiduría y estilo: Sálvame.

Sufre Telecinco de la gripe reality, le falta por estrenar Gran Hermano para tener los tres frentes al unísono y acabar por masacrar el formato. Pandemia de realidad alarmante.

Muerta La Milá de La Tribu, la cadena de "lo mejor está por llegar", recupera lo pasado como último salvavidas a la vista y bien podría replantearse emitir una nueva edición de Gran Hermano en viernes, noche que también necesita ser Salvada.

A falta de profesionales que le solucionen la papeleta, buenos son concursantes de edrodoning (edredón), rokoning (roca) o microfonin (micrófono) que insulten, discutan, griten, o que sencillamente se laven los dientes o se coman una seta sin mirar fijamente a la cámara.

Todo, lo mejor del día, por supuesto, se comentará de tarde. Ya lo hacían años atrás durante interminables horas de A tu lado + Tomate, Tomate+ Está pasando... Ahora: Sálvame (resúmenes incluidos) adaptado a la tarde. O sea, la gentuza de El Ventilador, los profesionales del Angelino y los protagonistas de casting.

Falta el polígrafo. Inclúyanlo, por favor, y me darán la crítica perfecta.

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