Motivos Personales (Lydia Bosch)

Titular este post como 'Médico de Familia' podría haber sonado a chiste y eso es lo que menos quiere alguien que respeta, admira y quiere a una actriz que siempre se porta y comporta maravillosamente con él en todas sus entrevistas. Tiene Lydia Bosch Motivos Personales Reales para denunciar a su esposo, el arquitecto Alberto Martín, por abusos sexuales a una menor.

No cumple Bosch el prototipo de mujer despechada como desde algunos foros se ha intentado señalar. El trago por el que ha tenido que pasar hasta interponer la denuncia contra su marido ha tenido que ser de órdago y, aunque no contesta llamadas y su agente se inclina por mantener silencio en torno a la vida privada de la actriz (antes de que ocurriese el truculento suceso tampoco soltaba prenda), Lydia ha hecho público, oficial, un posible abuso que, de no tener pruebas y constancia de ello, se lo hubiera confesado religiosamente, sin más.

Si Lydia, siempre celosa de su intimidad, ha decidido dar este paso de gigante, es por el tremendo amor y unión que mantiene con sus hijos, Andrea (fruto de su relación con el actor Micky Molina) y los gemelos (Juan y Ana, que llevan los nombres de sus padres, abuelos maternos), por encima de todo. Hasta de su mismo matrimonio y de ella misma.

Para Lydia, que ya pasó sus más y sus menos con Micky Molina, intentos de separación frustrados con la prensa cojonera intentando airearlos siempre, la situación ha tenido que ser insostenible y, sopesando dar un comunicado oficial que tranquilice la expectación mediática, de momento, guarda silencio.

No así, su ex marido Micky Molina quien, compresiblemente al no recibir noticias, se ha trasladado a Madrid para tratar de estar cerca de ella y de la hija de ambos. Debería Bosch coger el teléfono a su ex marido y permitirle conocer de primera mano sus Motivo Personales y al menos evitar que el cómico, ahora más centrado en sus experiencias teatrales que antes, acuda a ¿Dónde estás corazón? sin información y bajo cheque millonario.

Recordar, sin más, que Lydia se preocupó tanto de mantener la intimidad de los suyos que, gracias a ella y otras personalidades relevantes, las revistas se vieron obligadas a mediados de los noventa a tapar gráficamente las fotos de los menores de hijos de famosos.

España apoya y quiere a una actriz que pudo equivocarse con ella misma, pero que ha reaccionado rápido y como debía hacer. Lo que puedan decir después es ajeno a su voluntad y pretensiones. Ojalá la cuiden como merece ahora que es cuando más lo necesita. Desde La tele de cristal todo nuestro apoyo y respeto incondicional para Lydia Bosch, en sus palabras y en sus silencios.