martes, 5 de diciembre de 2006

Televisión a la carta electoral (TeleEspe - TelePolanco)

Rafael Simancas denunciaba ante la sede de Telemadrid que el programa ‘Alto y claro’ se había considerado de servicio mínimo y no respetaría la huelga de trabajadores.
“Un programa de debate político manipulado en una televisión pública que pagamos todos”, explicaba su propaganda. Y el PSOE ha renunciado a acudir a los debates que emitirá la cadena este martes.


El discursito del amigo sociata lo puso Curry Valenzuela tal cual en su programa y cada contertulio dio su visión sobre el tema. Cierto es que la mesa no suele estar rodeada de comunistas pero ¿tanto se distancia Telemadrid de otras cadenas?

A la noche, Quequé, en su sección de La guerra de los medios, se dedicó a hacer chistes con Eva sobre Tele Espe y la gran variedad entre derecha, derecha extrema y centro derecha que cohabita en su programación. Y lo explicaban en Cuatro. (Tele Polanco)

Hay varias maneras de entender el concepto tele de pago. Y no sé en que modalidad el precio a pagar sale más caro. Con la llegada de los canales temáticos, uno pudo optar entre ver lo que le echaban o escoger deliberadamente lo que deseaba ver. La tele a la carta no es sólo una opción para privilegiados con alto poder adquisitivo. La tele carta, al menos en su modalidad política, está al alcance de todos.
Un conocido que se denomina a si mismo como “liberal” me contó hace poco que en el televisor de su casa no se sintoniza Cuatro. Pero no porque no le llegue la señal, sino porque él, "listo" donde los haya, ha ordenado a su mando que Cuatro es un canal prohibido.

Sin llegar a estos límites enfermizos, uno puede decidir si quiere comer con Tele Espe o con Tele Polanco, con la seguridad de no atragantarse con el menú y la tranquilidad de vivir una digestión reposada.

No debe Eva Hache reírse tan descaradamente de los amigos de Telemadrid sin hacer un mínimo de autocrítica. Resulta ridículo. Cuatro no es un ejemplo de pluralidad y Telemadrid tampoco lo es. Y no me vale lo que dice Simancas: “Telemadrid es pública y la pagamos todos los madrileños”.

Cuando uno se sienta en el sofá y está obligado a tragarse diez minutos de comerciales, lo mismo le da si se los sirve la privada que la pública. A la hora de la verdad todas se rigen por los ingresos publicitarios y por los índices de audiencia. ¿Y quién sale perdiendo?

Lo que ha conseguido tanta polaridad en los medios de comunicación es que nos despreocupemos por el valor de la noticia en sí, y pensemos únicamente en cómo nos la están contando. Ya no importa tanto la verdad, como saber quién nos miente menos.

¿Para cuándo una huelga de telespectadores? El precio a pagar con esta tele a la carta electoral cada día es más caro.

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