miércoles, 22 de noviembre de 2006

Aguilar en Telemadrid: “¿A que me cago en la madre de un arzobispo?”

Nueva entrega de debate político, esta vez el conducido por Buruaga en Telemadrid. El tema, o más bien la pregunta, del debate era: “¿Ha bajado el prestigio de España en el mundo?”

Los chicos de Telemadrid se entregaron a dibujar, en postproducción, una España alineada sólo con Chávez y Castro que no es real pero que, oiga, en la tele de Esperanza queda de lo más apañado y vistoso.

Lo que me entristece es que a Telemadrid, que introdujo en la publicidad el anuncio de una nueva manifestación de la AVT, se le siga viendo el plumero.

La iluminación del invitado Piqué (con rellenos azules y algún toque de rojo en el decorado) contrastaba demasiado con el fondo negro de Trinidad Jiménez, que, para colmo de males de sus asesores de imagen, vestía de negro. Como en La guerra de las galaxias, el plano partido entre la Trini de negro y la Curri (Valenzuela) de blanco parecía un duelo entre Darth Vader y Luke Skywalker.

Eduardo Sotillos arrancó el debate con un dato incontestable para los que no somos amigos de “procesos de paz” y civilizadas alianzas zapateriles, pero que tampoco queremos que nos den banana por jamón: “The Economist dice que España está en el puesto 16 como una democracia mejor valorada que la de los EEUU. ¡Oh, sorprendente noticia, amiga Curri! Tenía razón Aznar: España va bien”.

Nacho Villa, un tipo francamente siniestro y abonado a este tipo de debates calientes, dijo que “una opción es apuntarse a la España de Matrix y otra a la España real, la que sufrimos. Se ha roto España, se ha roto la solidaridad”.

Miguel Ángel Aguilar, siempre guasón y también abonado a este tipo de debates calientes, gritó: “¡Bomberos, bomberos!” Y remató irónicamente: “No me encuentro. Me miro y… Zapatero es la suma de todos los males. Todas las cosas que ha tocado Zapatero las ha empeorado”.

Villa, que recordó que De La Vega ha llamado a las víctimas “algarada callejera”, dijo tan inoportuno y oscuro como siempre sobre la ironía de Aguilar: “No se hacen risotadas con las víctimas”.

Aguilar, más encendido que el fuego de sus bomberos, le contestó con una furia idéntica a la mostrada en su bolo en 59 Segundos frente a Pedro Jota: “¡No paso por ahí!” “¡Tú no me echas a las víctimas!” “¡Me juego la cara en la calle!”

Más tarde, el remate de Aguilar ante la persistencia de Villa, fue: “¿A que me cago en la madre de un arzobispo?”. Villa saltó y Buruaga sólo pudo repetir hasta el hartazgo “Nacho, por favor”. Algo que ya nos suena del debate de Globomedia. Sotillos le echó entonces un cable a Aguilar: “Decir que el gobierno persigue a las víctimas del terrorismo es mentira”.

Sobre este tema, Hermann Tertsch fue contundente: “Hace dos años y medio teníamos a ETA contra las cuerdas y hoy marcan la agenda. El gobierno no ha tenido la atención necesaria a las víctimas en el proceso este de paz. Creíamos que había un acuerdo de partidos. Se ha instaurado una moda infame: acusar a los que están en desacuerdo con este proceso. Acusarlos de querer muertos como lo ha sugerido el Fiscal General”.

Tertsch fue muy contundente con el llamado proceso de paz: “El proceso se está descomponiendo. Se hunde. Zapatero no lo ve, ignora los datos”.

Piqué, representante político en plató junto a Trinidad Jiménez, fue más allá: “Hay países que iban muy bien y que han descarrilado. Como Argentina o Italia. Y vamos dos años y medio descarrilando”.

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