lunes, 22 de septiembre de 2014

Un objetivo sin objetivo

Ana Pastor se estrenó este domingo al frente de la nueva temporada de El Objetivo.

Su espacio es uno de los más necesarios y que más ayudan a comprender la realidad y las mentiras de los políticos. Desenmascara y crea un lenguaje nuevo al que no todos antes estaban acostumbrados.

De hecho, Pastor recibió críticas, negativas y portazos en la pasada temporada, pero hoy (con la irrupción de Podemos como auténtica fuerza arrodallora) todo ha cambiado.

Pastor, con un 9.1% y 1.615.000 espectadores, consiguió algo dificil: sentar en la misma mesa a los 4 grandes del momento: PP, PSOE, IU y Podemos. ¿Por qué no fue UPyD? ¿sigue Rosa Díez con dientes afilados hacia la Sexta o no les llegó la invitación?

Lo cierto es que tanto Pablo Casado (PP) como la portavoz del PSOE mintieron en cada uno de sus breves mítines: que si están contra la corrupción, que si a favor 100% de los intereses de los ciudadanos, que odian las puertas giratorias.... ¿Qué faltó en este tibio estreno? La contrapregunta.

Ana Pastor tuvo que sentirse incómoda porque a ella le va el ataque a la mentira y hace bien, eso es periodismo. Sin embargo, ayer estuvo más como busto parlante en un programa con un objetivo difuminado. Les dejó colar lo que les dio la gana, mentira tras mentira y sin cuestionarlos. Impropio de esta grande de la pregunta.

Un inicio flojo, sin objetivo, aunque seguramente sirva para congeniar con todos los grupos ante los combates linguísticos que habrá (esperemos) en las siguientes semanas. A destacar su nueva sección: Sé lo que hicisteis con el último contrato.

Una serie de reportajes que desmontan presupuestos y caciques beneficiados. Gran acierto. Como siempre, denuncia el ciudadano y El Objetivo estará ahí para verificarlo. Larga vida al programa siempre y cuando tenga de nuevo su objetivo de siempre: Arrinconarlos y pillarlos.

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