lunes, 25 de noviembre de 2013

El Gran debate Diario

Comienza la segunda semana de duelo late night. Hasta hace pocos días no teníamos programa que nos alegrara las noches y de repente nos han llegado dos de una tacada. Cada uno en su estilo. El de Buenafuente, claramente definido, el de siempre. Pero ¿y el de Jordi? 

De momento sabemos muy poco del programa Se enciende la noche, y no porque no lo hayamos podido ver (la semana pasada pasaron 2), sino porque está difuso, sin definir claramente. Recuerda al despropósito inicial con el que Abre los ojos y mira tuvo que asentarse en la noche de los sábados, probando secciones, debates, entrevistas.

Al final el programa de Emma vivió su final de gordos de madrugada y adelantándola. No interesaba ver cómo pierden kilos los rellenitos. En el caso de Jordi la cosa adquirió talante sensacionalista en el segundo programa con el caso de Asunta, y mejoró levemente sus datos. Está tan indefinido el programa que aún no saben qué día irá definitivamente por la parrilla. De momento un día solo, pero puede doblar en cualquier momento en función de las noticias y los especiales.

González no debería haber abandonado el Gran Debate, pero la decisión no estaba en sus manos. Todo su equipo se fue a la calle y cerraron un programa que más que nunca era necesario en esta España revolucionada. Presiones políticas desde Moncloa para un programa que mostraba la indignación continúa con los mandamases, la corrupción constante, el tema Bárcenas en directo... ¿Por qué no recuperan un Gran Debate diario? La audiencia respondería porque necesita estar más que nunca informada.

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