sábado, 22 de septiembre de 2012

Soy un perro


Por Miguel Albertos:

“Adam resucitado” es una película compleja llena de simbolismos que transita en una narración paralela. Quizás sea ese uno de los motivos por los que ha tardado más de cuatro años en llegar a nuestras pantallas, a pesar de jugar con varias bazas a su favor y pasar por festivales como Toronto o Valladolid. 

La primera de ellas es su director Paul Schrader, celebrado guionista de éxitos como “Taxi Driver”o “La última tentación de Cristo” y director de otros como “American Gigolo” o “Affliction”. Es precisamente ese tiempo que ha tardado en estrenarla en nuestro país, el que parece haberse tomado de descanso y tras el cual ahora se encuentra a punto de presentar su siguiente proyecto: un guión de Brett Easton Ellis (autor de American Psycho) protagonizado por Linsay Lonhan y el actor porno James Deen. 

Otra de sus bazas es el reparto, compuesto por Jeff Goldblum (Adam) en un difícil papel para no caer en el histrionismo más inverosímil (llega a hacer de perro, aunque no es el único en la película) y del que sale mucho más que airoso. Y, diametralmente opuesto, Willem Dafoe proporcionándonos una magistral clase más de hieratismo interpretativo, haciendo de un vengativo y cruel oficial nazi.

Finalmente, también juega a su favor el subgénero de campos de concentración al que pertenece, subgénero que cuenta con grandes aportaciones como “La lista de Schindler”, “La vida es bella” o “El pianista”. Aquí también, como la de Spielberg, en un duro blanco y negro. 

Pero en la parte negativa para entroncar con el gran público nos encontramos con los temas que trata: la oscuridad del alma humana, la frustración sexual o su carácter oscuro, simbólico y psicológico. Así que lean y juzguen: Adam es un paciente de un centro psiquiátrico para supervivientes del holocausto nazi, allí se convierte en un mesías para sus compañeros al tener la capacidad de sanación. A través de continuos “flashbacks” vamos desmarañando su traumática personalidad y lo que le ha llevado hasta allí.

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