martes, 28 de febrero de 2012

Grease, la caja de bombones



Por Mike Medianoche

La semana pasada, la cantante Edurne acudía a El Hormiguero para promocionar Grease, el musical en el que anda actualmente trabajando como protagonista y que acaba de instalarse en Madrid. Como suele ser frecuente, el montaje ha tirado de rostros televisivos para atraer un público más numeroso, y por ello encontramos a Cocó Comin como directora y coreógrafa, Manu Guix como director musical, así como Iván Santos en el papel de Kenikie, todos ellos de gran popularidad gracias a Operación Triunfo, ese programa que muchos dicen que te destroza la vida.

Pero con los musicales pasa frecuentemente una cosa, y es que el reparto no siempre es el esperado. Así, en la función que tuve la oportunidad de ver el pasado viernes por la tarde comprobé decepcionado que pese a la gran promoción, en ese pase no actuaba ni Edurne ni el superviviente Iván Santos. ¿Por qué es tan frecuente esto en el teatro musical, que te vendan que verás a un rostro conocido y luego resulta que ese día descansa, sin previo aviso?

Ir a un musical y que te toquen los cover de los cantantes es como ir a una hamburguesería y que en el menú en lugar de coca te sirvan pepsi, aunque en la foto se vea lo otra marca. Que sí, que la función de refresco la cumple igual de bien que un cover interpreta el papel que corresponda, pero ¿no es acaso un pequeño engaño pagar cuarenta euros por una entrada y que no veas el rostro esperado después de tanta promoción? Y más cuando la suplente (de Edurne en este caso) no hacía bien los graves, quizá porque la canción estaba en el tono de la primera, quizá por falta de rodaje de la obra, que estaba casi estrenándose, o vaya usted a saber por qué.

Pese al cambio de actores, y tras unos primeros cinco minutos que te invitan a presagiar un desastre de show, la obra fue francamente divertida. Como está basada en el musical original y no en la película hay un mayor número de personajes y canciones respecto a la cinta, cambiando ciertos roles y repartiendo el protagonismo entre todos, no sólo recayendo este peso en los personajes de Sandy y Denny. Entre el público hubo quien dijo que aquello estaba bien pero no conseguía que recordases a Travolta, pero es que no es la intención del montaje, ni falta que le hace. Muy recomendable, aunque absténganse de ir aquellos que quieran ver sólo a triunfitos. Porque Grease es como una caja de bombones, nunca sabes el elenco que te va a tocar.




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