Por Mike Medianoche
Telecinco ha emitido esta semana un nuevo programa de Más allá de la vida, el programa de la vidente Anne Germain en el que contacta con el más allá para dar mensajes de ultratumba.
Tras Boris Izaguirre, quien abrió el programa para contactar con su niñera de la infancia y también con el mismísimo Terenci Moix, llegó el turno de una pareja de desconocidos cuya tragedia es de sobra conocida: los familiares de una víctima mortal del terremoto de Lorca. Y aunque como espectador se te caía el corazón a los pies al ver la pena de aquellas dos personas que no pudieron despedirse de un ser querido, la forma en la que Telecinco estaba removiendo toda aquella mierda personal fue francamente desagradable. Y como no fue suficiente, la emisión incluía también la visita espiritual de una chica que murió atropellada por un tren.
Y es que es más que posible que sea una historia de las más sensacionalistas hasta el momento, con niños metidos de por medio que quizá podrían haberse ahorrado, pero por la audiencia todo vale. De hecho tampoco es la primera vez que se usa un drama infantil como argumento, siendo quizá el caso más recordado cuando llevaron a Alicia Hornos, la madre de Rocío Wanninkoff.
¿No debería regularse un poco el programa, ese en el que Santiago Segura quedó francamente descontento de su participación y del que incluso en la propia cadena dudan de su autenticidad?
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