sábado, 24 de septiembre de 2011

The story of how I met your mother


The year 2030: ‘Kids, I'm gonna tell you an incredible story. The story of how I met your mother.’

El típico padre pesado contando sus batallitas. Con esta escena se inicia el relato de la historia sobre la que se fundamenta la serie: explicar cómo conoció a la madre de esos hijos teenagers, a los que está a punto de aburrir con siete años de historietas, para desvelar (les/nos) el gran secreto.

Así que en realidad, toda la serie es un inmenso flashback del Ted Mosby del futuro, que va recreándose en cada recodo del camino que tuvo que recorrer para llegar a conocer a la misteriosa madre, y, de paso, en las historias de un grupo de amigos neoyorquinos.

‘How I met your mother’ (‘Como conocí a vuestra madre’ en España, emitida en FOX y Neox), es toda ella una gran alegoría del camino, y aunque suene a argumento sobado, es cierto que la vida es una sucesión de momentos en los que lo importante no es la meta, sino el devenir de las cosas.

Vale, nos morimos de ganas de ver a la futura Sra. Mosby y el tema se basta y se sobra para generar curiosidad y especulaciones en foros. Pero al final, es lo de menos. Sólo es una respuesta a una pregunta y si algo aprendí con el trauma post-Lost es que no importan las respuestas, sino lo vivido. Y ya hemos vivido seis grandes temporadas de una comedia sanamente divertida que engancha y se hace querer.

Reconozco que me costó. Sabía de su existencia, había visto algún capítulo suelto (en castellano), pero me parecía muy floja, así que me daba pereza. Pero cuando por fin me decidí, tuve el acierto de verla en versión original subtitulada desde el episodio piloto. El doblaje, en algunos casos, puede suponer la diferencia entre odiar y amar una serie y a sus personajes. Es el ‘efecto-Resplandor’: Verónica Forqué estaba sublime en ‘Pepa y Pepe’, pero su voz no nos cuadraba en una peli de terror. Es igual que esa sensación extraña que te produce escuchar a un bebé hablar a través de Moncho Borrajo o la diferencia abismal entre el ‘Doctor Maligno’ de Florentino Fernández y el de la primera entrega.

La cuestión del doblaje es especialmente importante en esta serie, plagada de frases míticas de las que renegarás, bajo pena de tortura, si las oyes dobladas al castellano. No hay que olvidar, además, que el autor de ‘legen… wait for it… dary!’ es una actor con muchas tablas; fue niño prodigio de la televisión made in USA interpretando a un médico precoz a principios de los 90 en ‘Doogie Howser, M.D.’, la precuela (sin pretenderlo) de ‘House’ en versión infantil. La gran actuación de Patrick Neil Harris (Barney Stinson) pasa de aceptable a awesome cuando te enganchas a la V.O.

Aunque Barney es mucho más que awesome, es difícil quedarse sólo con un personaje. Todos representan y aportan algo: Ted Mosby (Josh Radnor), la cordura, el creer que todo puede resolverse racionalmente con una lista de pros y contras, las referencias pedantes… pero al mismo tiempo, una fe ciega en el amor, que le lleva a buscar incesante e incansablemente a su media naranja, hasta enfrentarse una y otra vez con su propia idiosincrasia (porque a veces hasta Ted Mosby se cansa de ser Ted Mosby) y perder el norte en más de una ocasión; Marshall y Lily (Jason Segel y Alyson Hannigan) son los adorables Marshmallow y Lilypad y tienen la relación perfecta: almas gemelas que el destino unió y que representan todo lo que Ted busca.

En su empeño por conseguirlo, se cruza con Robin (Cobie Smulders), una versión 2.0 de mujer independiente llegada a Nueva York desde Canadá. Y Nueva York los amalgama y se une a ellos como un personaje más, interviniendo en muchos momentos, como parte de las tramas. Además, por el MacLaren's –no hay serie que se precie que no tenga su bar-, pasarán multitud de elegidas; todas las que mujeres que Ted va conociendo a lo largo de la serie, creyendo siempre haber dado, por fin, con ella, ‘the one’, de la que ya hemos ido descubriendo algunas pistas gracias a los pequeños spoilers que nos han ido reglando sus creadores.

ALERTA SPOILERS

Tienes que haber visto hasta el capítulo 2 de la séptima temporada para seguir leyendo.

Las situaciones son bastante creíbles hasta cierto punto, aunque no todas puedan ser consideradas “cotidianas”. Está claro que no todo el mundo aparece en un vídeo de Youtube corriendo desnudo al grito de ‘Beercules’. Pero ¿quien no atesora un recuerdo vergonzoso de una noche de borrachera? Y es que las aventuras y desventuras de un grupo de amigos entre los 20 y los 30 no son nada nuevo en ficción. ‘Friends’ sentó las bases de la amistad, literalmente. Pero ‘How I met your mother’ tiene un registro y una identidad propios. Los guiños al espectador son constantes, con numerosas tramas que continúan a lo largo de toda la serie y que son como un chiste privado entre ellos y nosotros. De hecho, es una de las más valoradas por la comunidad yonki de la web de series por excelencia.

Para las nuevas temporadas que se avecinan -acabamos de estrenar la séptima y ya sabemos que habrá una octava y definitiva-, sus creadores han intentado “explotar” un poco más el filón del suspense, y han añadido nuevas preguntas que necesitarán respuestas: ¿Con quién se casará Barney? Es más, ¿habrá boda o ese flashforward no es más que una engañifa, una cortina de humo que intenta ocultar la verdadera historia? ¿Qué pasará con Robin ahora que se ha dado cuenta de que sigue queriendo a Barney? ¿Qué supone la reaparición de Victoria? ¿Dónde y cuándo saldará Marshall su cuenta pendiente de bofetadas con Barney?

Y estas son las que me inquietan a mi: después de ver el numerito que se marcan Robin y Barney en la boda de Punchy, ¿serán las coreografías algo habitual en la serie? ¿Será una coreografía el final de la serie, como en ‘Menudo es mi padre’, mítico epílogo donde los haya? ¿Averiguaremos de dónde surgió La Piña? ¿Volveremos a ver a la cabra que le dio una paliza a Ted? ¿Se llamarán Luke y Leia los hijos de Ted? Aunque en realidad, no me importa. Sólo quiero más capítulos, aunque no haya respuestas.


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