El nuevo largometraje de Juan Antonio Bayona (El orfanato) es una superproducción española de 30 millones de euros. La producen el productor de Julio Medem, la empresa del propio director y, principalmente, la paga Telecinco. Bueno, y todos nosotros también. Es realmente sorprendente, pero en España las superproducciones comerciales también chupan de la teta pública. En contra de un criterio de ayudas que respalde la tele o el cine arriesgado, difícil y novel, el Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía va a dar más de la mitad de sus ayudas (muy reducidas por la crisis) al film de Bayona, nada menos que dos millones de euros públicos que se rentabilizarán en privado.
Hasta el “perfil valenciano” se han saltado: las productoras son madrileñas, la dirige un barcelonés, se rueda en inglés y la protagonizan Naomi Watts y Ewan McGregor. Lo único valenciano en el proyecto es que parte del film se va a grabar en unos estudios alicantinos.
Y no queda ahí la cosa: la superproducción El Capitán Trueno y el Santo Grial ha trincado una subvención de un millón de euros y la serie de Canal Plus Crematorio, producida por Alejandro Amenábar, 400.000 machacantes.
Sigo sin entender que ante una crisis como la actual no se ayude a los más necesitados u originales y se subvencione con nuestro dinero a productores y cadenas de televisión que deberían basar su financiación en ventanas exclusivamente privadas.
Un testivoltio de IVÁN REGUERA para LA TELE DE CRISTAL.
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