lunes, 26 de julio de 2010

Superaburrientes





Superaburridos, cada vez más, terminaron esta última etapa los Supervivientes. Lo más sorprendente de la final, amen del gancho que una anónima madura creó en la audiencia, fue comprobar cómo cada vez son más los concursantes que esperan sentados en plató a que termine el suplicio.

Oscar Higares (torero) o Consuelo Berlanga (periodista), entre otros, han sido los concursantes floreros de esta etapa. Los "floreros" son aquellos personajes que se dejan seducir por una cantidad millonaria al inicio de cada edición, pero que poco tienen que decirle al programa.

No saltan en las discusiones guionizadas, no obedecen a los planos de pantalla partida, no se dan por aludidos por nada de lo que se dice, les resbalan los vídeos, los gritos, los insultos y no buscan ni el aplauso ni el pitido. Pasan. "Superseaburren"

En contraposición están los que quieren quemar el plató con sus cinco minutos de fama verdulera: La Legionaria o Rafa Mora, capitanearon este grupo. Los "quisquillosos" aburren demasiado.

No dejan hablar al invitado estrella, interrumpen al presentador y discuten con él, piden la palabra aun teniéndola, se levantan en cada intervención y creen que animan el cotarro con sus gritos cuando en realidad están aburriendo y taladrando a público, equipo y audiencia. "Superaburren".

Entre los que "superseaburren" y los que "superaburren" siempre hay dos o tres que mantienen la compostura y que a la vez participan cuando sienten que también en los directos tienen que ganarse el sueldo. Son los menos. Los no aptos para Telecirco.

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