Directísimo

Qué gozada comprobar cómo por televisión aún pasan cosas interesantes. Y no me refiero al tema o al contenido, que de esos quedan pocos no repetidos hasta la saciedad, sino a los imprevisibles directos de TVE.

Este viernes, tras aguantar un programa que venden como "nuevo" y que es más de lo mismo: Karaokes, votos, expulsiones..., volvimos a ver un momento Nescafé en esta maravillosa cadena pública sin anuncios.

Gema, la primera concursante expulsada de Cántame cómo pasó, rompió los esquemas de guión al huir del plató tras conocerse apeada del concurso.

La expulsada se desencajó al oír su nombre hasta el punto de echarse a correr hacia donde estaban el resto de sus compañeras pero, en vez de abrazarse o despedirse de ellas, comenzó a llorar y buscó desesperadamente la salida por el escenario del concurso.

La pobre Anne debería de pensar: "Tierra, vuélveme a tragar" (recordando su momento Cobra hace unos meses) y ni corta ni perezosa abandonó el plató para ir tras ella.

Paradójicamente, la canción que sonó en ese momento de fin de fiesta y que el resto de “Mercedes” que quedaban en escena tuvieron que cantar rezaba: “Vete, me has daño vete, lejos de aquí.”

Esta autenticidad que da la tele no la vivimos desde que aparecieron los realities y nos convencieron de que lo suyo era lo único "de verdad" que se podía ver en televisión. Mentira.

Gracias al directo y al ojo periodístico de los profesionales de antes, pudimos ver cómo Arrabal, con un pedal de no te menees, se caía por los suelos del programa de Dragó, o cómo Paco Umbral estaba más obsesionado por su libro que por el final del programa de Mercedes Milá.

Momentos irrepetibles que se vivieron gracias al directo, rompiendo los esquemas de los profesionales que siempre tratan que "nada se salga de sitio", y que aún hoy consiguen emocionar cuando son vistos.

Ole por Anne y por la nueva TVE que emite esos directos sin parones que, a los muchos que nos importa poco lo que cuenten, nos hacen seguirlos con emoción por si se "lia parda".