No ha podido ser. A Telecinco le hubiera gustado hacer de Ángel Cristo un Superviviente televisivo, pero nunca lo cazó.
Lo intentó en otras ediciones, cuando a Cristo le costaba más domar al jaco que a la jaca, pero tan sólo obtuvo como víctimas al resto de su familia: Su hija Sofía enseñando tatuajes por 'la Selva' y mamá Rey haciendo guisos picantes por 'La Cocina', reality que, si no recuerdo mal, ganó.
La cadena consiguió a otros personajes deteriorados, Juanito el Golosina y Joselito, para rellenar el perfil del concursante "al límite del jamacuco". Este año lo ha intentado con Jose Manuel Parada, que ya tiene delito por no superar las pruebas médicas que otros superpochos sí pasaron. Por esta vez se han quedado sin Parada... cardiaca.
A la cadena le dejó buen sabor de boca el fenómeno Pozí, y trata de rescatar a los famosos menos saludables para rentabilizar sus conexiones ambulantes por urgencias y hospitales. Una bolsa de suero al lado de la alcachofa tira mucho. También un féretro, y la familia del fallecido en plató o, si cabe aún más interesante, primero por teléfono y al rato en plató.
Esto es del más acá, pero los del más allá también dan juego todavía. En 'Sálvame' (y aunque parezca broma, es real) han anunciado varias veces su intención de hacer ouija con los espíritus más truculentos. Ya imaginan: Conexiones celestiales en directo con Rocío Jurado y Carmina Ordóñez.
Ahora se les ha sumado el domador a la lista de posibles entrevistados muertos. Ángel lo reune todo: Amén de nombre y apellido, muy propios, se despedió de la audiencia superpocho, su familia lo detesta públicamente, y hay drogas de por medio en todas las autopsias que desde hace años le llevan realizando los periodistas especialistas.
Es un superpocho con mucho tirón y, sin duda, con él muerto ganan más que con él vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario