lunes, 3 de agosto de 2009

Los errores de la Crítica: El CríticoFan




Viene de... El SofresCrítico

En sentido opuesto, de igual manera, tampoco se puede etiquetar un programa de bueno o extraordinario porque sólo lo sigan las minorías. Muchas veces se cae en este error con las llamadas “series de culto”, series que incluso se acaban de estrenar y ya se les adjetiva como “de culto” por el hecho de o bien tener un gran número de seguidores, o bien pocos pero muy fans.

Sobre los fans, dice Henry Jenkins en su libro: “Fans, blogueros y videojuegos” (Paidos Comunicación): “El mundo de los fans tiene que ver con la religiosidad, no con la religión”. “Los fans no buscan que su serie les convierta en mejores personas, sino en mejores fans”.

Creo que actualmente, y por culpa de Internet más, se da mucho el crítico fan, ese que apoya los productos salidos de la HBO y que los alaba cuando llegan a España, incluso sin haberlos visto.

Cuando se estrenó la serie Mad Men, por ejemplo, hubo una avalancha de críticas positivas en las que se hablaba muy poco de la serie en sí, y mucho de los premios que había cosechado. Imagino que pocos de los críticos que la defendieron en aquel momento estén hoy enganchados a ella, porque sinceramente me parece una serie aburridísima, donde nunca pasa nada, aunque esté ambientada maravillosamente bien en los sesenta.

El sociólogo Bernard Rosenberg dice sobre la cultura de masas: “La cultura de masas amenaza no sólo idiotizar nuestros gustos, sino brutalizar nuestros sentidos, mientras allana el camino al totalitarismo”.

Como críticos hemos de preguntarnos siempre porqué nos gustan las series o los programas que la gente sigue y cuáles son los peligros de que un espacio se convierta en “programa o serial de referencia”. A qué nos lleva eso…

Dice el citado Jenkins en “La cultura de la convergencia de los medios de comunicación” que “el cotilleo establece un terreno común entre bloggeros y comentaristas, siempre que quienes intercambian información se aseguran mutuamente de lo que comparten. El cotilleo es un modo de hablar sobre uno mismo criticando las acciones y los valores ajenos”.

Creo, contra Jenkins, que un crítico ha de hacer precisamente esto, pero yo no lo llamaría “cotilleo”. La crítica ha de hablar sobre uno mismo, ser personal, analizando las acciones y los valores ajenos y, sobre todo, examinando la información que en este caso trasmite la televisión.

¿Con qué propósito se crean los programas que se emiten en antena? En este sentido, cuando me entreviste con Lolo Rico, directora de La Bola de Cristal y a quien mi blog le debe tanto, me comentó que: “La televisión infantiliza a los niños y quiere hacer de los niños futuros consumidores”, Lolo, una experta en televisión infantil por experiencia, cree que ya no existen programas para niños porque absolutamente todos los programas son INFANTILES.


Una televisión que no cuida a los niños y que los trata como seres idiotas, no puede ser una televisión desinteresada. Somos hijos de la televisión, y ahora también de Internet, justo los dos temas que dan título a esta charla (ponencia sobre Crítica de televisión en la era de Internet en El Escorial) por eso me veo obligado a dar con algunas de las respuestas que he encontrado sobre el peligro de ver televisión y de estar enganchado a Internet. A los que manejan el mundo, al propio sistema, le interesa crear dependientes de estas pantallas, pero ¿desde cuándo?

Continuará en la ponencia...

Y en La Tele de Cristal: Especial Crítica de Televisión en La era de Internet.

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