Internet ha conseguido que los secretos de las empresas salgan a la luz. Los murmullos, cotilleos y rumores que antes se agolpaban en los pasillos de las cadenas son hoy la noticia que hace temblar a sus directivos.
Un blog, Pianista en un burdel, se antojó durante un tiempo como uno de los hervideros más importantes en cuanto a la prostitución intelectual que su autor (un guionista de tele) estaba obligado a ejercer por las series de televisión donde era contratado.
Me cuentan estos días que los redactores de Sálvame (Telecinco) andan económicamente ahogados y hartos de quejarse no pueden más. No sólo por los estúpidos guiones y vídeos que tienen que hacer para alimentar diariamente el estercolero, sino también por las condiciones laborales que sufren.
Los sueldos de los redactores del programa que produce la Fábrica de la tele han caído por los suelos: De los 3000 euros mensuales que podían ganarse cómodamente en el Tomate han bajado a más de la mitad. Algunos rozan los mil euros. Y eso, acompañado de las "caras y culos famosos" para los que tienen que guionizar a diario, no compensa.
Los rostros famosos que acuden a Sálvame cobran bien. En uno de los últimos vídeos subidos a la Red, Jorge Javier le ofrecía a Mercedes Milá 300 euros por entrar unos minutos a su plató. Los pactos de sacarse una teta o bajarse los pantalones vienen cerrados a buen precio desde el departamento de negociaciones, pero los redactores del programa no son capaces de subir un euro en sus raquíticas nóminas.
Por eso, alguno de ellos está haciendo las maletas para irse al Vaya Par... que Antena 3 estrena el lunes. Parece ser que el programa dirigido por Gemma López y producido por Ana Rosa Quintana paga mejor y ya ha echado el anzuelo a parte del equipo de Sálvame, sobre todo a los que ya ni les quedaba el flotador para seguir viviendo de la tele.
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