El debate de anoche ni fue interesante ni interesó (13.9% y 2.653.000 espectadores). Nuevamente, una conductora de informativos ejerció de mera contadora de tiempos permitiendo que tanto uno como otro hablara de lo que le venía en gana sin moderar ni intermediar como debería ser su trabajo.
Y en los pocos momentos en los que se enzarzaron en el mismo tema (escasos intentos por rebatir al otro en su discurso) se echaban órdagos sin justificar: Que si el PSOE va a hacer que los trabajadores echen menos horas y ganen más, que si el PP hará que los trabajadores no vayan a trabajar y ganen el doble...
Ana Blanco no sólo permitió que se dijeran barbaridades semejantes sin cuestionar cómo tienen diseñado cumplirlas, sino que también dejó que cada uno fuera a su bola y contara su cuento como si de pequeñas piezas de mitin se tratara. Un debate de locos.
La gente está cansada de tener dos partidos tan similares dispuestos a decir las mismas paparruchadas de siempre sin que nadie les ponga freno. La gente está cansada de la política, de los políticos, de la televisión electoral y de los periodistas en general. Todo es mentira y ya ni siquiera provocan vergüenza. No hay caras a caras, hay culos a culos ventilando siempre la misma mierda. Voten: caguen.
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