jueves, 28 de mayo de 2009

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No hace falta haber estudiado en Harvard para saber que la televisión privada se nutre, vive o sobrevive únicamente de su publicidad, de sus clientes. No olvidarlo es peligroso. También es peligroso dejar que las cadenas y a las empresas que gestionan su publicidad en exclusividad inunden la parrilla con anuncios, pseudoanuncios, o publicidad encubierta. Para todos estos abusos, que lo son, se opta por pervertir el lenguaje llamando a ciertos anuncios “Publicidad no convencional”.

En este sentido, el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha declarado que la SETSI está considerando la limitación de 12 minutos de publicidad a todas las formas de publicidad y televenta. "Como consecuencia de la aplicación de este criterio, desaparecería el margen adicional de cinco minutos para otras formas de publicidad y los anuncios de autopromoción que no fueran avances de programación, no disfrutarían de un régimen especialmente ventajoso".

¿En qué quedará todo esto? En nada, me temo. Llevamos décadas resucitando este debate y todos sabemos que a las cadenas les compensa pagar multas antes que deshacerse de su “Publicidad no convencional”.

Además, el Defensor del Pueblo, el señor Múgica, no tiene un CV sensato como para tomarlo en serio. Y su cargo es bastante improductivo. Aun recuerdo cuando declaró que el primer paso para acabar con la violencia en la escuela era erradicando el tuteo y utilizando el usted en la relación maestro-alumno. Tampoco olvido cuando tachó de “tontos” a quienes consideran que los toros son una tortura. “Hablar con tontos es muy difícil, hay que tener una sensibilidad especial para defender el toreo”, dijo.

Habrá que conformarse a seguir viendo la tele teniendo claro que es esa cosa que echan entre los anuncios.

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