Ambas reían relajadas llamándolo “el cigarro de la risa”. Pero la cosa no acabó ahí, Cayetana, mientras se tomaba un cubata cargadito, pidió drogas a uno de sus invitados que viajaba al extranjero.
Cayetana es un ejemplo de señora a la que no se le ocurre otra cosa para trasgredir que liarse un porrete, cosa normal, que cada uno haga lo que le de la gana con su organismo.
Hay cosas que DECIR sobre nuestra realidad para transgredir que ella parece incapaz de decir. Pero a esta pseudoactriz hay que gritarle: ¡Hija mía, llegas 30 años tarde!
El espacio ‘De calle’ no funciona en audiencia y parece tener los días contados. Pues “Apaga y vámonos” debió pensar Cayetana para pasar mejor el trance del fracaso.Ni corta, ni perezosa se lió un porro. Ella y una de sus colaboradores, una tal Cristina, se lo pasaron en grande.
«Cigarro de la risa» para arriba, «cigarro de la risa» para abajo. «Pásalo», «pásalo», las protagonistas de la escena televisiva disfrutaban de lo lindo, con una sonrisa floja y una cara distraída.
MÁS DROGAS PARA LA CUERVO
Así, fumando, esperó la llegada de Óscar Jaenada, a quien, aprovechando la entrevista, pidió que le trajera unas "setillas" y un "spacecake" de su próximo viaje a Ámsterdam.
A la espera de la mercancía, la atrevida presentadora se conformó con un cóctel preparado por "Camarón" a base de ginebra y otros licores de alta graduación.
LA MINISTRA DE SANIDAD Y EL OTRO ENFOQUE DE TVE
El hecho en sí hubiera pasado desapercibido en programas de la tele de los ochenta, como el mítico ‘La edad de oro’. Paloma Chamorro acostumbraba a charlar con artistas que iban más que pasados. Eran otros tiempos aquellos de la movida, donde el mismísimo alcalde de Madrid, Enrique Tierno galván, llegó a gritar al pueblo: “El que no esté colocado, que se coloque”.
Ahora, lo más trasgresor que vienen haciendo las presentadores de televisión es acompañar con una copa de vino sus intervenciones. En un intento por ridiculizar a la Ministra de Sanidad con sus restrictivas leyes contra el alcohol y el tabaco, algunos conductores hasta se atreven a brindar con ella.
Las ministras socialistas, acostumbradas a pasearse por la pública en programas teledirigidos para favorecer sus políticas, no debían estar informadas de la que se liaba en “De Calle”.
Las asociaciones de espectadores ya han remitido a los medios sus quejas y esperan una explicación por parte del Ente y la retirada fulminante del programa, que según estos: “Resulta intolerable que se haga apología de la droga en una televisión pública y en pleno prime time”.
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