El programa de Florentino Fernández es muy cansino. Los monólogos cuentan siempre lo mismo y de idéntica manera. Ya saben: “¡Atención que llega el chiste!”.
La mayoría de los golpes de efecto están cortados por el mismo patrón. Los temas que tocan estos monólogos funcionan para una gran parte del moldeable público español.
Esa gente que toma cervezas con sus colegas de toda la vida para contarse las mismas historias de toda la vida y que antes de llegar a casa se alquila el último estreno de turno, aunque ni sepan de qué va la peli. Así es el adicto a los monólogos del corte del club de la comedia. Entre ese grupo de gente mundana, aburrida y hortera funciona y muy mucho eso del: “tú me dices, yo te digo, y si te metes con un juego de palabras conmigo, yo me troncho, me parto, me mondo y te lo digo”.
Los de la tele saben los temas que funcionan para el público que consume y no deja de repetírselos: ‘La lucha de sexos’, ‘Mi primera vez’, ‘¿Por qué las mujeres conducen tan mal?’, ‘¡Cómo son de malos los niños en el cole!’, La vecina del quinto’, ‘El mando a distancia provoca divorcios’…
Este tipo de idiotadas universales funcionan cuando los cuentan famosos mientras ponen cara de pez y el culo en pompa.
No es que desee acribillar el espíritu creativo de los guionistas del programa, que seguro que lo tienen y son profesionales de un talento portentoso, pero la gigantesca y poderosa “Globomierda” les obliga a hacer la gracia fácil y a no andarse por la rama original, creativa o arriesgada. Ir sobre seguro para share y anunciantes.
La tele en suma es así de llana, banal y tontona a todas horas. Los monólogos de Flo no dejan de ser una versión cómica de los testimonios del Diario de Patricia.
Aún así, hay profesionales de toda la vida que desde las colas del INEM seguramente habrán creído que, de todo lo que hay en el panorama audiovisual, el Club de Flo es un espacio medianamente digno.
“Antes de ir a ordeñar vacas a la Granja de los famosos vamos a hacer el payaso a La Sexta”, habrán pensado Mayra Gómez Kemp o Jose María Iñigo para aceptar tal bajuna propuesta.
Eliminado el maestro de la comunicación (despidieron este martes al calvo del bigote), sólo queda esperar que Mayra vuelva a tener su minuto de gloria en la tele del 2000 y gane la final del próximo martes.
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