martes, 19 de diciembre de 2006

Risto Mejode

Malos ha habido en toda la historia de la tele. Han sido necesarios en las series (JR en Dallas) y hasta en los realitys (Aída Nizar para Gran Hermano) y todos han funcionado. Vaya que si lo han hecho.
También un tal Risto Mejide está yéndole muy bien al nuevo OT (levanta la audiencia de un 25% a un 45% en cada intervención), pero la audiencia no debería equivocarse.

Risto no es un malo con carácter: es un bobo y descafeinado.


No puede permitirse un programa de corte familiar como se nos vende OT, el incorporar a alguien que se enfrente a alumnos y profesores. ¿En calidad de qué? ¿De subir el share?

Cada intervención del señor Risto resulta un insulto a la profesión de publicista. ¿Se imaginan a un sacerdote identificando a los concursantes con consoladores y putos?

Resulta incoherente e injusto que un programa que presume de premiar el esfuerzo, el trabajo y la humildad de sus miembros llegue a gratificar, a admirar y a dar cabida a gente tan prepotente, falsa, hipócrita y teatrera (de las malas). Risto es un prototipo de vodevil anticuado. Otra virulenta comedia de Arniches llevada al prime time.

A mi este tío me la sudaba cuando le vi aparecer por la tele hace unos meses, como me resbala el programa de marras cada semana. Pero cuando vi que alguien había buscado mi dirección de correo por Internet y me había agregado el Messenger con foto y nombre de Risto me asusté. ¿Sería él?, ¿sería un fan? Qué horror ambas cosas, y qué miedo.

Me importa poco saber si es él o es un fan. No quiero que me escriba nadie que se identifique con gente de esa calaña. Risto es un monigote, un fantoche, la lacra de toda fiesta y el cáncer de la nueva telerealidad. Es alguien tan estudiado para el marketing que me repatea.

Me duele sobre todo que los anunciantes, comerciantes y publicistas tengan que soportar como imagen a un ser que para nada los identifica. Ni siquiera ha sabido admirar el programa que le está dando de comer.

“OT ha traído muchos horteras, tú eres el peor”- le dijo a un concursante hace unas semanas.
“Eres como un consolador”, le dijo a una triunfita agraciada esta misma semana.

¿Acaso OT no crea concursantes horteras, acaso OT no quiere triunfitas que sean muñecas hinchables?

Algún concursante debería contestarle en directo como se merece: con sinceridad.
“Pues sí Don Risto, sin oficio ni beneficio, me siento hortera y consolador a la vez, como todos mis compañeros. Para eso entré a este programa ¿No eres tú publicista? Pues busca la campaña de marketing más adecuada para venderme, porque aquí somos todos las mismas cosa. Fórrate conmigo pero no me jodas”.

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