viernes, 10 de octubre de 2014

¡Madre mía! La que se avecina con el Ébola...

Virus por la tele y no sólo en los programas de actualidad.

El regreso de LQSA traerá polémica ya que la trama de uno de sus capítulos se centra en un contagio que obligará a todo el vecindario a ponerse en cuarentena.

Aunque el capítulo estaba grabado con antelación a la crisis del Ébola actual, puede resultar de cara al espectador una falta de sensibilidad el hacer humor con un tema que tiene a todo el país sobrecogido. ¡Para congelar la risa!

No me quiero ni imaginar (si el capítulo es de los primeros) lo que se dirá en las redes sociales, ni los comunicados que mandarán a la cadena el día después asociaciones de toda índole: Que si oportunismo, que si humor gore, que si falta de respeto, que no se puede hacer humor con el drama actual... Y más si la paciente contagiada llega a fallecer en la realidad y en la serie coincidese un final similar. ¡Un trauma dificil de olvidar!

Por supuesto que es humor y que es ficción, pero ¿está la población preparada para digerir esta trama de una de las series de más exito en estos momentos?

Si Telecinco no quiere verse salpicada por la polémica quizá debería tener muy en cuenta la fecha de emisión de este capítulo y en caso de que este programado para estas semanas, posponerlo. Por largo tiempo. Lo decía Woody Allen: "HUMOR = TRAGEDIA + TIEMPO". Y puede que la tragedia no haya hecho más que comenzar.

Porque en la realidad, todo apunta a que la que se avecina con Ébola va a ser gorda: las últimas noticias indican que se está desalojando el Hospital Carlos III entero para dedicarlo exclusivamente a los próximos afectados por el virus.

Y ya que la Ministra no lo ha hecho, desde la tele sí se puede: Hay que saber reaccionar a tiempo. LQSA no merece manchar su imagen de esta manera por un fallo "en la sensibilidad de los programadores".

A la espera de lo que suceda, el que sin duda contagiará de risa al público que acuda a verle será el Salami Man de la serie.  

Pablo Chiapella está en el Teatro Cofidis de Madrid representando su monólogo: Sí, soy el señor.  

Este viernes y en funciones contadas hasta diciembre podremos disfrutar de la vis cómica de uno de los grandes de la pequeña pantalla. Risas también al margen del Ébola.

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