Las grandezas de un programa grande:
No cae en el tópico: ni trata a los de tercera edad como
minusválidos. Todo lo contrario. Es un espacio sensible, no sensiblero, y tierno.
No concebido para reírse de ellos sino con ellos. El trato que se les da a
estos mayores es delicado y con mucho respeto, a diferencia de lo que quería
hacer Mercedes Milá con su Gran Hermano de ancianos. Aquí se los valora porque
lo valen y saben hacer, por su talento.
El bueno de Melendi: El nieto travieso de todos ellos. Humano,
cariñoso y lleno de vida, emocionándose con cada nota, con cada palabra, con
cada recuerdo de cada pupilo. Le doblan la edad, pero están en sintonía en un
programa sin competitividad y con buen rollo. ¿Por eso dejó La voz, por ser el
más sensible y quizá era un formato demasiado heavy para él?
A todo trapo: Rock y ritmo con mucho humor y mucha estrella.
Al próximo programa llevan a Rosendo.
El valor de la experiencia: A estos concursantes sí se les
tiene en cuenta y también sus vidas y su pasado.
A falta de El coro de la cárcel, esta temporada ya tenemos programa que toque la nota sensible, con delicadeza y bien hecho. Tenemos Generación Rock. ¡Bravo por ellos!
A falta de El coro de la cárcel, esta temporada ya tenemos programa que toque la nota sensible, con delicadeza y bien hecho. Tenemos Generación Rock. ¡Bravo por ellos!
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