Por Bosco Palacios:
El audímetro vuelve a dar datos a su manera. Toda España con la Roja no se traduce en los 15.481.000 de espectadores que según Kantar Media siguieron el encuentro. ¿Qué es lo que ocurre? Que el aparato ignora las pantallas gigantes puestas en las plazas donde se aglutinan “unos poquitos” más ojos que en un salón.
Tampoco tiene en cuenta los bares, todos emitiendo el encuentro, ni las otras cientos de pantallas por las que se pudo seguir, distintas de las del televisor.
El audímetro es un aparato que está diseñado, por tanto, para medir en exclusiva la audiencia de los espectadores de salón. Y en un encuentro como este se hace notar su inefectividad. Está obsoleto. Ayer pulverizó con sus datos a los millones de aficionados que decidieron celebrar el encuentro compartiendo la pantalla. La selección marcó 4 a Italia y le marcó 4 a Kantar. Multiplicó por cuatro los datos que dice que se tuvo.
Y esto son solo cifras… como nos gusta recordar en La Tele de Cristal, algo que jamás podrá medirse (o al menos aún no hay ni tan siquiera una aproximación de invento) es medir el verdadero seguimiento de lo que está conectado. La Roja es el gran ejemplo de cómo un evento puede ser seguido de principio a fin sin perder ojo de la pantalla.
Cosa que no ocurre con otros espacios que suelen ser minuto de oro anual. Se me ocurre, por ejemplo, el primer anuncio del año: Que es cotizadísimo por tener un picó altísimo en audiencia, y, sin embargo, pocos le prestan atención… porque en ese momento todo el mundo se está abrazando y solo los solos están viéndolo.
Una vez más, el audímetro ha vuelto a ponerse en duda como un sistema falible.
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