Por Bosco Palacios:
Reconozcámoslo: no somos de leer los programas electorales, ni de unos ni de otros. ¿Por eso vemos los debates electorales?, ¿para ver qué nos traen de nuevo los políticos?, ¿para enterarnos de qué podrán hacer por nosotros?, ¿para descubrir su moral sobre las cosas? Parece ser que no.
Según fuentes del PP, este debate alterará muy poco la opinión y el sentido del voto de los seguidores. Entonces, los 7 u 8 millones de espectadores que conseguirá en audiencia serán de sus asiduos seguidores que, como espectadores de G.H, lo único que se plantean es quién ganará el debate.
Al día siguiente los medios de comunicación acostumbran a titular por ahí: debate ganado por ZP, Rajoy embistió al Presidente... El problema está en que los candidatos utilizan los medios y a la Academia de la Televisión como plataforma para mover esa pequeña estimación de voto indecisa.
No necesitamos campañas electorales solo a solo, no necesitamos micrófonos abiertos en los que los fantoches den rienda suelta a su verborrea habitual. Necesitamos periodistas de prestigio que pongan a nuestros líderes contra las cuerdas.
Por ejemplo, ¿cuántas cosas de las dichas en los programas de las elecciones anteriores cumplieron? ¿sirven para algo las intenciones anteriores a las elecciones?
Nos tememos que este debate será un combate de boxeo medido por segundos y no por barbaridades o sencillamente mentiras. Ellos siempre ganan, el espectador pierde.
Reconozcámoslo: no somos de leer los programas electorales, ni de unos ni de otros. ¿Por eso vemos los debates electorales?, ¿para ver qué nos traen de nuevo los políticos?, ¿para enterarnos de qué podrán hacer por nosotros?, ¿para descubrir su moral sobre las cosas? Parece ser que no.
Según fuentes del PP, este debate alterará muy poco la opinión y el sentido del voto de los seguidores. Entonces, los 7 u 8 millones de espectadores que conseguirá en audiencia serán de sus asiduos seguidores que, como espectadores de G.H, lo único que se plantean es quién ganará el debate.
Al día siguiente los medios de comunicación acostumbran a titular por ahí: debate ganado por ZP, Rajoy embistió al Presidente... El problema está en que los candidatos utilizan los medios y a la Academia de la Televisión como plataforma para mover esa pequeña estimación de voto indecisa.
No necesitamos campañas electorales solo a solo, no necesitamos micrófonos abiertos en los que los fantoches den rienda suelta a su verborrea habitual. Necesitamos periodistas de prestigio que pongan a nuestros líderes contra las cuerdas.
Por ejemplo, ¿cuántas cosas de las dichas en los programas de las elecciones anteriores cumplieron? ¿sirven para algo las intenciones anteriores a las elecciones?
Nos tememos que este debate será un combate de boxeo medido por segundos y no por barbaridades o sencillamente mentiras. Ellos siempre ganan, el espectador pierde.
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