La TDT, que hace unos días cumplió su primer año de su completa implantación en España, supuso uno de los cambios más importantes en la historia de la tele:
En teoría nos la vendieron como multiplicación de la oferta de canales (que no de contenidos), un salto cualitativo en imagen y sonido (siempre y cuando no te falle el descodificador, la orientación de la antena...).
¿Esperábamos algo más de la TDT?
Aún queda por resolver el problema de base: Cuando nos anunciaron que llegaría la nueva tecnología y que triplicaríamos los canales, pensamos inocentemente que la televisión de pago con sus contenidos exclusivos ya no estaría al alcance de unos pocos, los del status social más elevado, sino a la vista de todos. Un sistema más democrático. Aunque, desencantadoramente, la realidad ha sido bien distinta.
De hecho la oferta de plataformas de pago también se ha duplicado desde la llegada de canales bobos en abierto. Así, en la TDT no encontramos otros contenidos a la carta más que los infantiles y los deportes.
Durante este año de cambios en el dial de casa hemos asistido al cierre de CNN+, al despido de numerosos profesionales debido a la fusión de la telebasura con telePrisa; a un aluvión de teletimos y tarots por canales 24 horas y por las madrugadas y las mañanas en los generalistas de siempre; al estreno de series y películas con la publicidad interrumpiendo, sin criterio alguno, las mejores escenas; y a una nueva profesión de "pariodistas" que han invadido el prime time y el late night, apareciendo por todos los canales con sus gritos, insultos y propaganda política.
Como reflejaba la película Leones por Corderos en su última secuencia, donde las noticias sobre la guerra aparecían rotuladas en un programa de teletienda, hemos sucumbido a los criterios que la publicidad está marcando por encima de la información y, faltaría mucho más, de la cultura.
La TDT ha multiplicado la oferta de anuncios, pero los contenidos se han reducido drásticamente y la producción de los mismos se ha visto mermada. Menos es más.
Un panorama desolador con más mandos en casa del espectador, sí, pero con menos poder de elección real.
Un engaño. Un timo. Un grito de ¡TeDeTesto! que la nueva Tele de Cristal lanza al aire con mucha calidad, eso sí, en el sonido.
Escucha el debate sobre el año de TDT en el programa de Sospechosos Habituales:
1 comentario:
Me parece fatal que apartir de las 2 como muy tarde,bueno 1:30 de la noche ya no tengamos nada mas que ver,solo tarot y llama y gana ¬¬ Que son mas de 20 canales y todos con lo mismo!!!!
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