No me creo nada del revuelo que se ha montado esta temporada en torno a Sé lo que hicisteis y una de sus reporteras. La tal Paula Prendes necesitaba darse a conocer por ella misma (venía sustituyendo a Pilar Rubio), y el espacio de La Sexta necesitaba una minipolémica interna que supiese a "ganancias" (no todo iban a ser pérdidas).
La jugada se habría gestado de tal manera que la Prendes se hubiese vuelto loca de repente, y no en La Siete, sino por su pasión por la radio. O más concretamente por Cárdenas, su novio en la vida real y al que acompañó hasta Barcelona durante el estreno de su nuevo programa en Europa FM.
Todos salían ganando: La desconocida reportera, que empezaría a llenar noticias desde agosto, el busca frikis de Crónicas, que vería titulares sobre su espacio que de otro modo no hubiera alcanzado (¿quién escribe hoy sobre estrenos radiofónicos?), y La Sexta, que haría vídeos, reacciones y gags con la vuelta de su hija pródiga al espacio que la vio nacer. O sea, un jugueteo audiovisual muy de la cadena, sin gastar un duro extra y sin rebanarse los sesos.
Exclusiva: "Gran Fichaje: El regreso de Prendes". Declaraciones: "La radio no era lo mío, además no se me ve". Una grandiosa revelación que ni a un tonto le sorprende.
Recuerdo que Chicho Ibáñez Serrador sustituyó para su 1,2,3 durante la etapa del 84 a sus queridas tacañonas por una nueva azafata "Eugenia Enchufols":
Aquel cambio no funcionó entre el público y el maestro volvió a contar con Las Hurtado, quienes no se separarían de su puesto bocinero hasta el 93.
Aquí, y salvando las distancias con el mítico concurso, no ha habido sustitución, ni relevo, ni contratos rotos y nuevamente firmados. Aquí ha habido juego de magia para llevar la audiencia televisiva del programa de tarde a las mañanas de la radio. Unos intereses personales acordados que les han venido muy bien a todos, menos al espectador.
Aquel cambio no funcionó entre el público y el maestro volvió a contar con Las Hurtado, quienes no se separarían de su puesto bocinero hasta el 93.
Aquí, y salvando las distancias con el mítico concurso, no ha habido sustitución, ni relevo, ni contratos rotos y nuevamente firmados. Aquí ha habido juego de magia para llevar la audiencia televisiva del programa de tarde a las mañanas de la radio. Unos intereses personales acordados que les han venido muy bien a todos, menos al espectador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario