lunes, 29 de marzo de 2010

"Pues nos vamos los dos"




Gran Hermano: El Reembolso llega a su fin. Aunque todas las apuestas daban a Pepe como vencedor, desde la entrada de Silvia se ha producido un terremoto de sensatez en la casa y en la audiencia.

La chica, procedente del Gran Hermano 1, ya revolucionó su edición cuando toda la casa se le puso en contra y le nominaron, a ella y a su novio, por no estar a favor del recurrido pacto.

Silvia fue en su momento salvada por el público, rompiendo así la tendencia a salvar a los concursantes masculinos y a expulsar a las hembras. Sin embargo, ni corta ni perezosa dejó en directo aquella novedosa experiencia y se fue por la puerta grande con su compañero sentimental (Israel).

"Pues nos vamos los dos"- dijo campechana en aquella ocasión, en la que más de 12 millones de espectadores seguían pendientes el desenlace de su historia de amor.

Esta vez, Silvia aterrizó en una casa destartalada, por el paso del tiempo, de la fama, y del juego estratégico. La concursante ha tenido que unirse con un débil, mediocre y esperpéntico personaje de karaoke: Jorge Berrocal.

¿Y que ha conseguido la peluquera? La casado ha vuelto a ocupar el trono del saber estar y se ha hecho con el cariño del público gracias a su elegancia y sentido común. Tiene que luchar contra el ganador de ganadores (Pepe), y su compañero de juego (Jorge) provoca más rechazo que simpatía, pero ella está por encima de todos.

Mañana termina este rocambolesco juego. Creo que Silvia ganará, que debería de ganar, pero de no hacerlo, saldría como segundona con el mismo glamour que si hubiera ganado. Esa es Silvia la grande, la que se quiere y se hace querer. La primera en abandonar un concurso, que ahora está a punto de ganar diez años después.

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