jueves, 20 de agosto de 2009

Polifacéticas




Discutía con los compañeros de profesión el otro día a cuenta de Teresa Campos. El tema surgió cuando la mayoría de los que formaban la mesa opinaban que Mercedes Milá ya no era creíble en sus trabajos como periodista, debido a su etapa como presentadora de Gran Hermano.


Yo discrepo de esta teoría y como ejemplo puse a Teresa Campos: "Ha hecho cotilleo en Día a Día y también noticias y entrevistas serias en La Mirada. Y las dos cosas las hace bien".

Los comensales me negaron que su etapa al frente de La Mirada Crítica hubiera sido creible. Me justificaron que la audiencia había caído por su culpa y que, de hecho, la cadena no contaba con ella para la nueva temporada.

Por un lado, no podemos ayudarnos en la audiencia sólo cuando nos interesa. Por esa regla de tres, Mercedes Milá es buena presentadora y periodista ya que Gran Hermano es líder y la cadena cuenta con ella para la undécima edición.

A mí la audiencia, no me interesa. No soy SofresCrítico. Pero sí me interesa el concepto: "Ya no hay vuelta atrás".

Nos contó José Javier Esparza que Rosa Villacastín, que en su día fue jefa de prensa de Felipe González, le confesaba que "tras su éxito en Extra Rosa, nunca más podría dejar de hacer periodismo del corazón". Y es cierto que imaginarnos a Villacastin dando noticias políticas nos cuesta, pero nada es imposible ni increible si uno demuestra que también vale.

Recuerdo como nadie daba un duro por Dragó para hacer el informativo de la medianoche en Telemadrid, y a los cinco minutos de su estreno, convenció.

Imagino que también le sería muy dificil a Victoria Abril quitarse la etiqueta de azafata de Chicho para trabajar en el cine, y ahora nadie la recuerda por eso. Y así un sin fin de ejemplos, con idas y venidas de profesionales de un medio a otro y apareciendo por distintos formatos.

¿Nunca hubieran perdonado a Penelope Cruz por su etapa en La quinta marcha? Pues fíjense lo que nos hubieramos perdido. Tampoco lo hagan con las profesionales de la tele que tienen éxito: Ni con Mercedes, ni con Teresa.

Me da a mí que lo que no perdonan algunos no es lo que se presentó en su día, sino que gracias a esos trabajos "tan poco respetables", sus presentadoras se hayan hecho millonarias y ahora sí pueden elegir.

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