jueves, 26 de marzo de 2009
Tiempo
La crisis llegó a 59 segundos en forma de tiempo: Los micrófonos, enchufados a la listas del Inem, se quedaron en paro en el especial de Ana Pastor. Resultado: Minutos de interminables intervenciones con intermediación plana.
A la pobre Pastor, acostumbrada a justificar los cortes a los contertulios vía micrófono, le costó sudor y lágrimas hacer callar a los pesados invitados de la noche. En más de una ocasión tuvo que repetir el "No, hacerme caso a mí", "Aquí quien dirige el debate soy yo", "se hará lo que yo diga que para eso modero el espacio", "por favor, acaba ya"...
Los interventores pedían tiempo a todos los españoles para superar la crisis, tiempo que a ellos mismo les faltaba para terminar de hablar, tiempo que Ana no sabía administrar, tiempo que agoniza para los más de 900.000 españoles que no reciben prestación, tiempo imposible de frenar con y sin micrófono.
Las máquinas, en el programa y en la vida, se han parado, pero el tiempo continúa y va en contra de todos. Pocas soluciones y mucha discrepancia en un programa debate en el que se posicionó más a empresas y trabajadores como si fueran cosas distintas a las que la crisis les afecta de manera distinta. Competiciones por cambiar las leyes laborales a favor de unos y en contra de otros y mientras el tiempo, matador, nos consume a todos. A la televisión pública también.
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