Interpreta por un día a Maravi, la madre del personaje que encarna Natalia Verbeke en Los Serrano (Telecinco. Martes, a las 22.15 h). María Luisa, que lleva más de cuarenta años dedicándose a la profesión, nos habla de su carrera, su vida, sus gustos y lo que aún le queda por hacer.
¿Cómo lo pasó en el rodaje de Los Serrano?
Lo he pasado muy bien en el rodaje porque todos los actores llevan ya tiempo haciéndolo, y entrar allí es para disfrutarlo. Ojalá pueda seguir en la serie.
¿Veía la serie?
Sí, aunque muchos miércoles estaba trabajando con la obra de teatro.
¿Qué obra hace?
Una muy divertida: Un adulterio casi decente de Bernar Slade, uno de los autores norteamericanos de comedia más importantes.
¿Llegará a Madrid?
A finales de año, cuando acabemos la gira por el resto de España.
¿Es actriz de teatro?
Yo me he hecho en televisión como actriz. La época de los Estudios 1 tuve a todos los maestros: Ismael Merlo, José Bódalo, Fernando Delgado, Dicenta... Somos una generación que hemos aprendido a hacer teatro en televisión.
¿Es un 'handicap' pertenecer a una familia de actores con tanto prestigio?
Puede serlo porque te exigen más. Pero nunca me he planteado que la sombra de mi padre lo sería.
Me he reconciliado con María Luisa Merlo, que es ahora mi mejor amiga
¿Beneficia ser hijo de actor? La gente piensa que los hijos de actores lo tenemos todo hecho pero no es cierto. Nos exigen más. Cuando salí por primera vez a escena la gente ya sabía quien era y eso asusta.
También tendrá sus ventajas...
Sí, las ventajas de que tienes un archivo de datos muy grande de cómo comportarte, entre otras cosas.
¿Qué le ha dado a usted la profesión?
Todo. Mi padre se hizo primera figura cuando yo nací, en el 41. El haber podido estudiar y vivir muy bien en una época muy difícil se lo debo al teatro.
¿Le benefició el empezar a trabajar tan joven?
Sí porque gracias a eso le debo el haber disfrutado mucho y el haber viajado por España y por fuera de España desde muy joven.
Y la gente le quiere...
Sí, y además hay comunicación entre el público y yo. Y eso lo noto al subir a escena.
¿Qué es lo más bonito que le han dicho?
No me cuelgo de frases y no las recuerdo, ni las malas ni las buenas.
Pero María Luisa Merlo ha sido una de las actrices más seductoras de la profesión, ¿ligaba mucho?
Como trabaja tanto sólo podía ligar con los actores. Y como mi padre era actor y yo estaba enamorada de él, siempre me gustaron los actores.
¿Y ahora ya no?
Ahora ya no. He perdido el apetito sexual.
Dicen que a esta edad aún se pueden hacer estas cosas...
Según quién. A mi ya no me apetece eso, quiero hacer otras cosas.
¿Por ejemplo?
Hay comunicación entre el público y yo. Lo noto al subirme al escenario.
Se le ve como viviendo una segunda juventud...
Estoy disfrutando de la vida más que nunca.
¿Qué supuso Mira quién baila para usted?
Una inyección de juventud, volví a mis orígenes que era bailarina y no lo había vuelto a probar desde hacía cincuenta años.
¿Qué es lo que más ganas tiene de hacer?
Dar la vuelta al mundo.
¿Con quién?
Con María Luisa Merlo, me llevo más bien con ella...
¿Su mejor amiga?
(Ríe):- Sí, es la mejor amiga que yo tengo ahora mismo.
¿Es solitaria?
Sí, es la manera de descubrir el mundo sóla y de relacionarme con otras gentes allí donde vaya, pero al mismo tiempo soy muy comunicativa también. Me he reconciliado con María Luisa.
¿Se llevó mal con ella en algún momento?
Sí, y a todos nos pasa.
¿Cómo salió de esa depresión?
Con muchísima fuerza. Salí por amor a mi familia y gracias a mis nietos.
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