jueves, 28 de diciembre de 2006

Indecente, indecente 1

Este año me he negado a ver la gala Inocente, inocente de Antena 3. Será lo mismo que siempre: un par de famosos actuando, cuatro bromas mal hechas, pedir dinero al telespectador y cientos de anunciantes bombardeándonos por todos los lados. 
 
La verdadera broma de los santos inocente la ha dado Telecinco: Aquí hay tomate, los comerciales de Bea y A tu lado. La mayoría de los contenidos de esta casa no son inocentes, son indecentes.
Y eso que este blog se preparó una inocentada con un texto que pretendía ser polémico: Una famosa asegura en el polígrafo mantener relaciones sexuales con ZP ... Pues para nada. La realidad televisiva, una vez más, nos supera:

En Aquí hay tomate no se cansaron de repetir que no harían ninguna inocentada. Menos mal que nos avisaron: Apareció Aída Nizar hablando de drogas, prostitución y sexo. ¿No es una inocentada que se traten estos temas en horario inocente, que es lo mismo que decir infantil? La broma no quedó ahí: Anunciaron como regalo de Navidad un especial para el sábado sobre la dura vida de Rafaela Aparicio. Valiente broma la que vivimos, mayores y ahora niños, con este programa insoportable desde hace años.

Otro programa que consigue hacer desgraciados a los más cándidos es el innombrable ‘A tu lado’. Allí se le preguntó directamente a Marisa Medina sobre si ejerció la prostitución para pagarse la droga, si se enrolló con Lazarov o con Víctor Manuel.
Para sorpresa del personal, la mujer reveló que fue Pilar Miró la que le dijo: “Oye, ¿me das permiso para tirarme a este tío?” Y según la Medina, cogió la Miró a Víctor Manuel y se lo folló. No se crean que es una inocentada, todo esto sucedió en horario de tarde, con millones de chavales viendo la televisión en vacaciones y ante un supuesto “detector”.

Para colmo de males, los de Telecinco no cesan de hostigarnos con pseudos comerciales donde Bea, su jefe y la tonta anuncian que presentarán las campanadas. Ni si quiera respetan el esqueleto de una serie de ficción. Ahora, toca sufrir la despedida del año con unos tíos de mentira.
¿Se imaginan a Ángela Channing dejando sus viñedos para comerse las uvas? En los 80 esto hubiera sido de risa y todos los seguidores de Falcon Crest se habrían sentido decepcionados al ver a su personaje vendido y, seguramente, habrían abandonado la serie. En aquellos tiempos, el espectador adulto aún podía hacerse respetar. Aun era inocente, inocente.

Lo jodido, la inocentada diaria que nos cuela Telecinco sin avisar, es que trata a los niños como adultos y a los adultos como niños. ¿Queda aún algún cándido que no se haya dado cuenta de esta sucia broma?

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