miércoles, 17 de septiembre de 2014

Sexpearemente: De buena mente

Los televisivos Santigo Molero (Cipri, el posadero en Águila Roja) y Rulo Pardo (Ciega a Citas) están de vuelta con Sexpearemente.

De vuelta (ahora en Madrid en el Alfil) y de vuelta y media con nuestro Estado, también.

¿Pero qué invento es esto en el que unos actores interpreten a unos actores que actuan en una actuación a la que llaman país? Pues esto es Expaña (con X también de Sexpeare) y la mejor forma de retratarla, y- sino es la mejor, "la mejor mierda" también nos vale como término- es la más efectiva, la más divertida y la más osada. ¡Paasaaadaaaa!

Gamberrismo, surrealismo y todo lo que acabe en -ismo es válida para calificarla. ¡Pedazo de obra! Los espectadores de este maravilloso engendro se preguntarán qué C... (en femenino o en masculino, en singular o en plural) están viendo durante los primeros 10 minutos de obra, pero poco después entrarán y SÍ: "se la dejarán meter doblada", pero sin esfuerzo. Con gusto y cariño. Pero también con dardos a Esperanza Roy, Pedro Ruiz, Pablo Iglesias y otros...

Con la risa, la crítica y la imaginación como herramientas principales para entonar el mea culpa, pero "mea". ¡Mea de la risa sin echar gota! Eso es lo que hacen los actores en esta obra en la que dan vida a dos cómicos- de los que muchos quedan- que naufragan a su manera por las turbulentas aguas de la escena española:



"Cambiemos «crisis» por «furgoneta»; «Espectáculo» por «mierda»; «Mentira» por «peluquería»; y «persona» por «pollón». La frase «no es la primera vez que hacemos este espectáculo, la necesidad de hacerlo es fruto de esta crisis» queda algo así: «Los pollones estamos hartos de estar en furgonetas escuchando peluquerías todo el rato... Es por esto que hemos decidido hacer esta mierda»".


Pardo y Moreno recuerdan a los Faemino y Cansado de los inicios, a ese teatro puro, crítico, virgen, inocente y sincero que es capaz de conectar con el niño antes que con el adulto, de convertir al señor en joven, de hacer del tiempo un aliado para volver atrás, a la vida antes que a la muerte.

Uff... qué intenso suena esto cuando quizás, en realidad, sólo se trataba de pasar el rato. ¿O no era esta la realidad?, ¿ya la vieron?, ¿qué entendieron?

Gracias a Sexpearemente disfrutaremos de estas dos estrellas de la tele sin cámara de por medio. Un trabajo actoral impresionante que no dejará indeferente ni al espectador más convencional.

Después de todo, la Mayor Mierda es la que tenemos que aguantar fuera, a diario, y ellos están allí, sobre la bendita escena, sólo para recordárnoslo. Que no es poco.  

Amanece sobre las tablas este invento regresivo donde decir nada coherente es tanto como decirlo todo. Incoherentemente, Sexpearemente, Electro-Absolutamente.

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