Los nuevos concursantes de Gran Hermano, según sueña Mercedes Milá, serán personas mayores, viejos,
ancianos… vamos, personas a punto de cascarla. ¡Qué bonito eso de ver en
directo el contacto con la muerte! La muerte en directo: última hora.
Puestos a elegir ¿por qué no un Gran Hermano con niños,
ciegos, mudos, políticos, retrasados? Ah, no, que con estos ya se hace.
Si lo que se busca es hacer espectáculo con lo más sensible
del ser humano, un Gran Hermano VIP de gente muy entrada en años sería lo suyo.
Se podría llamar LA RESIDENCIA. Y allí entrarían todos, desde la viuda de Paco
Rabal hasta el cascado de Andrés Pajares.
Y el confesionario sería el tanatorio, la guadaña de la
muerte vigilante por la casa, tumbas, ataúdes, el cielo y el infierno en dos
casas. El contacto y el cara a cara con el más allá. Personas que están más
lejos que cerca. Pérdidas de memoria, risas en plató, la baba colgando en las
nominaciones. Edredonings de abuelitos cachondos.
Señores de la tele. Dejen en paz al ser humano en su última
etapa con dignidad. No les encierren, ni les metan una cámara. La última hora
merece ser vivida al margen del show.
No hay comentarios:
Publicar un comentario