Por Miguel Albertos:
Desafortunadamente
esta película cuenta con varios hándicaps en su haber. El primero es
que parece que se trata del regalo de un padre a un hijo en un intento
desesperado por convertirle en lo que él fue, una estrella. Algo que no
parece tan fácil para alguien como Jaden Smith que tras el innecesario
remake de “Karate kid” ha demostrado que indudablemente no tiene el
carisma de su progenitor.
El
segundo es que esta historia escrita por el propio Will Smith (el Príncipe de Bel Air), que
también ha producido, haya sido encargada al cuestionado M. Night
Shyalaman, que después de ser encumbrado por crítica y público con
películas como “El sexto sentido” o “La joven del agua” decepcionó con
su última cinta “Airbender”.
Sin
embargo y a lo mejor es por llevar la contraria a todo el mundo, el
film funciona perfectamente como película de acción futurista
apocalíptica. No llega a aburrir en ningún momento a pesar sostener, a
partir de la primera media hora, todo el peso de historia un único par
de actores, evidentemente padre e hijo. Y pasada la primera hora casi
sólo el pequeño Smith. Eso sí acompañado de las criaturas que se
encuentra en un salvaje planeta Tierra que ha sido abandonado por los
humanos debido a la contaminación.
Es
cierto que el guión no es muy complejo y la resolución del mismo
totalmente previsible pero desde luego es una muy correcta película de
aventuras llena de “gadgets” y situaciones peligrosas a las que puede
jugar cualquier niño para que reviva la magia del cine al salir de la
sala.
Lo mejor: El trepidante ritmo que mantiene en todo momento.
Lo peor: La incapacidad interpretativa del joven Jaden.
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