¿A lo grande?

Gran Hotel cierra sus puertas para siempre. La serie de Bambú producciones se despide este miércoles con una audiencia media de casi 2,8 millones de telespectadores, pero ¿estuvo Gran Hotel a la altura de las grandes producciones o fue solo fachada?

La serie fue grande y no tan grande. Fue ambiciosa desde sus inicios y cuidó vestuario, maquillaje, fotografía y puesta en escena. Pero patinó en guiones, más propios de “culebrón de sopetón” que de una serie que pase a la historia. Y con esa música de fondo continúa y mareante que conduce al espectador a la intriga, como si éste fuera tonto y no supiese cuando llegan los momentos claves.

En cuanto a su elenco artístico, la serie contó desde sus inicios con un plantel de actores de gran altura, a excepción de la pareja de protagonistas cuyas intervenciones siempre se hicieron repetitivas, cargadas de clichés y empalagosas.  Recordaremos siempre al personaje de Amaia Salamanca por estar entre compungido y asustado, con la boca medio abierta y los ojos como platos. ¿Por qué a Amaia siempre le faltaba el aire?

Destacaron, sin embargo, ellas, las grandes damas del Gran Hotel: Concha Velasco, Asunción Balaguer, Adriana Ozores y, más tarde, Lydia Bosch, actrices que, imprimiendo todo su caráracter, hicieron al hotel grande. En definitiva, una apuesta española que triunfó al primer pase, pero que no aguanta un segundo visionado, ya que falló sin duda en lo más importante.