Por Bosco Palacios:
Ángel Caballero, Paquirri en Carmina (este martes,
desenlace en Telecinco) nos concede esta entrevista Munster donde se abre en
canal comentándonos todo sobre la serie, su vida, los medios, la profesión y un
sinfín de intereses…
Don Ángel Caballero, uno de los actores que más está pegando en este momento, se sube a Los Munsters de Electroduende.com
¿Qué es lo más interesante que te ha pasado en este
rodaje?
Disfruto muchísimo con mi
oficio, por lo que cada vez que tengo la suerte de poder enfrentarme a un
personaje e ir a rodar, me lo planteo como un reto o una aventura nueva.
¿Cómo te has sentido?
Este rodaje ha sido uno
de los más especiales y al que más cariño le tengo, porque fue la primera vez
en la que me he sentido realmente parte de un proyecto. No era como cuando iba
a grabar un episódico a una serie en la que el equipo ya estaba hecho y tú
llegabas, hacías tu trabajo y te volvías a casa.
¿Qué tal tu relación con el equipo?
Todo el equipo nos
conocimos, casi, al mismo tiempo y eso no unió mucho. Además, era consciente de
que era una gran oportunidad y, desde el primer casting que hice hasta mi
último día de rodaje, intenté dar lo mejor de mí como actor para interpretar a
Paquirri.
¿Qué te llevas de este personaje?
Paquirri, en realidad,
tenía muy poco que ver conmigo. Eso para mi ha sido una suerte, porque mientras
más alejado está el personaje, más lo disfruto. He aprendido mucho de él.
¿Cómo te documentaste?
Me documenté bastante con
ayuda de libros, entrevistas en prensa escrita y videos, y mientras más le conocía,
más ganas tenía de interpretar a Paco. Además, he conocido brevemente cómo
funciona el mundo de los toros, que era algo que desconocía por completo.
¿Te gustan los toros?
Tengo que admitir que,
hasta que hice Carmina, era un mundo totalmente ajeno a mí. Pero soy actor, y
creo que para defender un personaje tienes que conocerlo, entenderlo y nunca
juzgarlo. Yo así lo hice durante todo el rodaje. Pude hablar con toreros,
contestaron a todas mis preguntas, me ayudaron muchísimo a entender a Paquirri
y hasta me vistieron de luces, y eso es algo que les agradeceré toda vida. La
tv movie ya está acabada, y lo que yo piense sobre este tema tampoco creo que
importe mucho. Brando decía que los actores tampoco somos tan importantes, y,
en eso, yo estoy de acuerdo con él.
¿Qué opinas de estas manifestaciones que se hacen
fuera de las plazas contra las corridas?
Creo que, en el ámbito
que sea, todo el mundo está en su derecho de expresar su opinión, su desacuerdo
o incluso su repulsa; de manifestarse y de ser escuchado. Sin olvidar que la
libertad de uno empieza donde acaba la del otro.
¿Crees que los medios han dado una visión acertada
sobre la vida de Paquirri?
Espero que sí, porque con
todo eso que se ha publicado, es lo que yo utilicé para documentarme y crear a
mi personaje. (Risas)
¿Crees que hay demasiadas tv-movies sobre personajes
del corazón?
Es un género que parece
que gusta y por eso se siguen haciendo. Estas mini series tienen unas
audiencias altísimas. El día que la gente se canse, imagino que se harán otras
de, que sé yo..., futbolistas, médicos, artistas marciales o lo que el público
demande en ese momento.
¿Te ves algún día siendo muy famoso y lidiando con los
periodistas de la prensa rosa?
Estos días me han
preguntado esto varias veces, y la verdad es que no me lo he planteado. Hoy por
hoy, mi vida es muy normal. Mucho tendrían que cambiar las cosas como para que
pueda interesarle a alguien. (Risas)
¿Cómo te ves en el futuro?
Cuando pienso en el
futuro, me gustaría seguir como ahora, viviendo de mi trabajo como actor, y
poder seguir haciendo personajes que lleguen a la gente.
¿Qué opinión te merece este mundillo?
Creo que informando y
tratando a las personas con respeto se puede hablar de cualquier cosa.
¿Cómo empiezas en esta profesión?
Siempre quise ser actor,
así que cuando cumplí dieciocho años les dije a mis padres que me quería venir
a Madrid a estudiar Arte dramático (yo vivía en Málaga), y que lo haría con o
sin su ayuda.
¿Qué te dijeron?
Por suerte, mis padres
siempre me han apoyado en todo lo he hecho en mi vida y me vine con todo su
cariño y su respaldo. Pasé por varias escuelas de interpretación, pero fue
junto a Macarena Pombo y Eva Lesmes con las que más aprendí, en mi paso por la Central de cine.
¿Cómo llega tu primera oportunidad?
Fue, precisamente, Eva la
que me dio mi primera oportunidad como actor, en Estados Alterados, Maitena. Después
vinieron otros trabajos, como Sexo en
Chueca, Arrayán o el corto Cementerio de elefantes, que protagonicé
junto a dos grandes compañeras y amigas, Macarena Gómez y Marta Hazas. Pero no
fue hasta la microobra La vida que se
merecen, que representé junto a Belinda Washington, cuando, de algún modo, sentí
un salto cualitativo.
Y más teatro…
Sí. Microteatro por dinero, por su proximidad con el espectador y las
vertiginosas repeticiones, es algo así como un curso acelerado. Cada pase es
distinto, nunca sabes cómo va a responder la gente, a qué imprevisto vas a
enfrentarte… De hecho, allí me vio el productor ejecutivo de Carmina, y después
se acordaba de mí en los castings.
Más adelante volví al
teatro, ya con una obra larga y mi primer protagonista sobre las tablas, en Volveremos
a hablar de esta noche. Y lo que aún está por llegar: un capítulo en la próxima
temporada de Los misterios de Laura y
un papelito en la película El libertador.
¿Qué te gustaría conseguir como actor?
Tal y como están las
cosas... me conformo con que no falte el trabajo.
Tus favoritos de siempre:
Marlon Brando, Paul
Newman, Jane Fonda, Kevin Spacey, Jack Lemmon, Katharine Hepburn... Son tantos que podría pasarme así media vida.
Montaje teatral:
El último que vi, hace unas semanas en el Matadero,
fue Los últimos días de Judas Iscariote, dirigido por Adam Black, y aún no he
podido sacármelo de la cabeza.
Película:
¿Te refieres a una sola? Eso para mi sería imposible (risas).
El apartamento,
El buscavidas, Algunos hombres buenos, Seven, El talento de Mr. Ripley… Y
recientes que me hayan impactado, La isla interior, Sólo una noche... Últimamente
estoy descubriendo joyitas francesas como Quiéreme si te atreves (Jeux d’
enfants) o No se lo digas a nadie.
Libro: “Las
canciones que mi madre me enseñó”, de Marlon Brando, y “Conversaciones con
Billy Wilder”, de Cameron Crowe.
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