Por Bosco Palacios:
"¿Te imaginas que Carmen Sevilla y Pascual Maragal fueran los únicos que conocieran la fórmula de la cocacola?"
No. No me he vuelto loco. Esta es una de las frases que pueden leerse por Twitter todos los días. ¿Hablarían los twitteros con esa falta de respeto por personas anónimas o son solo los rostros populares los que mueven los comentarios más hirientes?
A los casos de amenazas virtuales a presentadores y actrices, se unen ahora las frases mal intencionadas, infantilmente malévolas y despreciables que tenemos que aguantar los que seguimos con cuidado los casos de salud de algunas estrellas.
Carmen pudo ser el hazmereír de mucha gente cuando estaba bien, cuando lo provocaba ella, pero la gente debería de tener más respeto por una enfermedad que nos puede tocar a cualquiera. Y como este proceso educacional queda lejos del seguidor twuittero, yo optaría por la censura. Sí: CENSURA.
Al igual que ocurre en Facebook u otras redes, esta herramienta debería de tener la posibilidad de que otros usuarios denuncies twitts y de que se pueda cerrar la cuenta de los más detestables. No podemos consentir que la enfermedad del mal gusto y del hacer año entre por los ojos de todos.
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