El único reality que le ha funcionado con creces a Antena 3 prepara su regreso: La cadena ha decidido volver a abrir Curso del 63, diez años después. Está de moda lo de alargar una década la telerealidad (El Reencuentro, 10 años después), pero que no nos engañen porque Curso del 63 es el reality menos reality que existe y existirá.
Cámaras por habitaciones ha habido muchas por la cadena "gafereality" durante estos diez años: El Castillo de las Mentes Prodigiosas (clarividentemente adelantado a su tiempo), El bus (más aburrido que esperar en la parada), Estudio de actores (¿alguno de ellos llegó a ser aalgo más que comodador?), Por ti (por ti se lo cargaron, que no lo viste) o El Marco (¿webcams por televisión en pleno siglo XXI?)...
¿Por qué Curso del 63 sí y el resto de programas no? Porque la escuela de disciplina está más guionizada que un capítulo de El Internado. De hecho, comparte muchos ingredientes con la serie juvenil y el proceso de explotación está siendo precisamente el contrario.
Así, la ficción de El Internado, ahora llamada El barco (El "Inter-a-nado para La Tele de Cristal) se podrá ver pronto en formato de reality. Mientras que Curso del 63, presentado como un programa de telerealidad, está tan escaletado y es tan antiguo como La Santa Misa (La 2). Este es el recurso fácil para el éxito.
Interesa difuminar los límites entre realidad y ficción y los cuerpos adolescentes son ideales para el desarrollo de las tramas. El público, la audiencia, encontrará siempre verosimilitud en los diálogos porque todos son de barriada, de patio de colegio chungo. Unos conflictos perfectamente entendibles, terriblemente tontunos.
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