Vida poca

El estreno de Vida Loca en Telecinco consiguió su propósito: arrastrar la audiencia de Aída y no dejárselo muy mal al último debate de Gran Hermano. 

Con una promoción que ni Torrente 4 (vale, estoy exagerando un poco), los protas de la serie pasearon palmito por Norias, Teresa Campos... para suplicar que les diéramos una oportunidad.

Esa se la dimos, pero dudo de si podrán recibir dos seguidas en Telecinco o en un par de semanas pasarán a La Siete. La serie tiene un humor más propio del Taller Mecánico, serie de enredo dirigida por Mariano Ozores para la TVE de los noventa, que de Aída o de 7 vidas. Hay mucho estereotipo y sus chistes  son de esos que "ni echisten ni echistirán".

Las interpretaciones son muy dispares, desde los grandes Cantó y Lolita hasta las flojas de Arroyo o Miguel Ángel Muñoz. El personaje de MAM es de traca, tal cual interpreta al tonto no pasaría el corte de cualquier prueba de selección a primero de Arte Dramático. Quizá se fije Torrente para incluirle en la quinta película de la saga o puede que no valga ni para eso. 

Hay que tener la cabeza muy destrozada para seguir hasta el final un capítulo de Vida Loca sin que a uno le mueva la curiosidad del estreno. No aguantará mucho porque su vida en Telecinco será poca... Al tiempo.