Pese a la basura del corazón y el politiqueo de masas, pese al tufillo previsible de los mismos contenidos de siempre, tratados con el miserable tono televisivo habitual, pese a lo cutre de los presentadores y colaboradores en plantilla, pese a todo y pese a sí mismos, a veces, algunos programas de Telecinco se pueden disfrutar.
Me ocurrió el viernes con Flor Aguilar en Sálvame Deluxe y se repitió el sábado con Erika Magdaleno en La Noria. Y a las dos las dejaron para el final... como si fuesen para echar de comer a parte. Y es que, afortunadamente, lo son.
En principio no tienen nada que ver.
Flor Aguilar: periodista (diario Ya), ex concursante de Gran Hermano VIP (para la posteridad sus expresiones "activación" y "en vena"), y conocida muy a su pesar por casarse con López Vázquez.
Por su parte, Erica Magdaleno: Teleoperadora, aspirante eterna a Eurovisión desde que comenzó el proceso en Myspace y una de las musas del Orgullo Gay de este año.
Ambas con una personalidad arrolladora y no sujetas a ningún marcaje televisivo convencional. Las dos son tripolares y tienen un trueno en la cabeza insuperable, son tremendamente divertidas e inofensivas, algo muy dificil de encontrar por la parrilla de este siglo.
Llamadas para ser la traca final de los pesados telebaturrillos del fin de semana, tanto Flor, echando las cartas, como Erika, cantando su nuevo tema dance, se quedaron con ganas de más (se les notaba). Y nosotros con más ganas de ellas.
Salvando algún soplo de aire fresco cuando toca hablar de telechufla, habrá tiempo de analizar las virtudes que hacen a estas dos grandes las nuevas musas de La Tele de Cristal. Le pese a quien le pese.
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