Por IVÁN REGUERA.
El futuro no pinta bien para el cine español. En nuestro país las películas son cada vez más mediocres y entrar en una sala se ha convertido en un gasto de lujo (en Madrid la entrada de cine es la tercera más cara DEL MUNDO).
Directores que hace una década tuvieron el favor de los subvencionadores, de la crítica y del público, como Fernando León de Aranoa o Achero Mañas, han sido olvidados por los espectadores. La gente no se ha sentido atraída por su nuevas y muy fallidas propuestas, películas mediocres y rancias.
Les ocurre a muchos directores españoles que antes echaban pestes contra la caja tonta y ahora se ven obligados a “rebajarse”, a hacer cositas para la tele: TV movies, seriales y hasta de jurado en concursos de talentos. Ahí tenemos el ejemplo de directores como Daniel Calparsoro, Fernando Colomo, Miguel Bardem, Gracia Querejetra o Jaime Chavarri.
Y ante esta obviedad, lo más llamativo es que aún hay analfabetos funcionales que defienden el cine español “frente a las televisiones privadas”, como si esas televisiones no fuesen esenciales para el cine español. Sí, su esencia, porque decenas de miles de personas (guionistas, actores, realizadores, músicos, fotógrafos, montadores, maquilladores, decoradores, diseñadores, cocineros, eléctricos conductores…) viven de las televisiones, de sus ficciones, de sus series diarias o semanales, de sus miniseries. Viven de la tele, la verdadera industria del cine español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario