jueves, 5 de agosto de 2010

Os


No se puede ser más bestia. El equipo de La que se avecina despidió temporada por todo lo alto: muertos, terrorismo, apariciones marianas, exclusivas televisivas... temas de lo más deprevado, pero contados con tanta crueldad que sólo pueden arrancar la carcajada:

Javi (con las cenizas de su madre en la mano):  "Lola, mi madre ha muerto".

Lola (le enseña una foto): "Mira, y yo soy hija de Bin Laden".

Javi: "Pero este no es Bin Laden. Este es Llamazares".

(...)

Lola: Me voy a Afganistan a buscar a papá.

Al final la madre de Lola, Stella (una Antonia San Juan excéntrica hasta la médula), le confiesa que su padre no era "Os" (por Osama) sino el mismísimo Fernando Esteso con el que, tras chupada de pezón, mantuvo un romance en Torremolinos.

Las historias van tres pueblos más allá del absurdo, las interpretaciones al límite están a punto de darse la vuelta por completo y convertirse en naturales. El caso más descarado es el de San Juan: Antonia ya no es un personaje de comic, como el resto, es directamente un violonchelo desafinado. Es la María Patiño de la interpretación: calentón en vena y chirrios al relímite.

Antes reconocíamos a personajes reales en los tipos de la serie, ahora ni siquiera son verosímiles. Pero tampoco importa en exceso. La gracia está en descubrir si los guionistas serán capaces de superarse a sí mismos en el siguiente sketch. Y... lo consiguen. Por ingenio, aún sorprenden a sus millones de fieles.

La Que Se Avecina: Una ficción de personajes animados. Un dibujo gore para adultos.

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