martes, 22 de junio de 2010
Pienso luego
Cada vez le veo más complicación a esto de sacar a tiempo análisis televisivos. ¿De qué podría hablar? pienso día tras día. Y los temas no salen no tanto porque uno no vea la tele, que cada vez menos tiempo y más selectivamente, como por la tele que hay para ver.
Remitiéndonos a ayer:
¿Enemigos Íntimos? ¿Otra vez a hablar de Telecinco? Se me han acabado los enfoques para lo de siempre, los adjetivos, las metáforas, las advertencias, todo. Además que uno se cansa de comprobar cómo Telecinco es la única cadena que se lo curra, de la manera más perversa eso sí, para que no podamos dejar de hablar de ella.
¿El gay proceso selectivo para reportero de El Intermedio? ¿Comento lo anecdótico del tema o me meto en un análisis sobre el humor, las tontas modas, el gancho irresistible de ¡oh, grandes plumas las de estos guionistas!? ¿lo critico a saco o irónicamente? ¿le meto obviedades cachondas como que ahora lo novedoso sería un casting de reporteros heterosexuales y no esta patochada? Y después de escribirlo y de leerlo, ¿acaso creeré, sin engañarme, que yo sería capaz de hacerlo mucho mejor o muy distinto?
Me voy a la noche-noche, caigo en los “variados” debates con sus “novedosos” contertulios y sus grandes temas “trascendentales”, ¿apunto alguna frase para sacarle punta?, ¿cuento cómo este periodista habla de lo mal que ve que los jóvenes se metan a funcionarios mientras que en su diario digital se vanagloria por explotar a eternos becarios?
Llega el teletimo, las repeticiones, el 24 horas, y ya a lo último, la hora de Internet.
Caigo en mi página, me leo, veo que yo también me repito, que tampoco puedo huir de mí. Visito webs sobre la tele, también repiten, me meto en páginas de información general, veo lo mismo por lo mismo. Foros, chats, quizá entro un rato. Veo los mismos y otros que no eran los de antes, pero que dan lo mismo.
Me abro un Blog de Notas y empiezo por mi título. Pienso, luego, casi creo que me ahogo entre estas letras, las pongo en pantalla lo más rápido que puedo mientras me consumo con un cigarro más.
Pongo Vetusta Morla. Lo que escucho consigue relajarme hasta que edito el texto.
Aquí sigo.
Quiero cerrarlo todo, en dos minutos estaré sellado.
Soñaré…
y mañana…
A ver qué echan mañana.
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