lunes, 3 de mayo de 2010
Jordi, Jordi, Jordi
Merecido recuerdo para Jordi Estadella que TVE, donde tantos programas llenó, debería darle.
Sucede con la gente de la tele (presentadores, directores, guionistas...) lo que no les pasa a los grandes del cine. Es dificil que los homenajes lleguen en forma de reposición de un programa o de otro especial con compañeros, sale más rentable y es más típico programar una película.
Jordi no hizo películas que merezcan ser repuestas, pero sí multitud de programas vistos por más de diez millones de telespectadores: Puso su sello, serio y cómplice, en el Un, dos, tres, El Semáforo, No te rías que es peor, Audacia, y en los navideños Telepasiones.
Dijo junto a otras caras aquello de: "Que no se acabe el mundo que aún quedamos gente para darle vida", se pasó a una Telecinco en horas bajas para hacer un programa que llevaba su nombre: Jordi PNP (Jordi Perdona Nuestros Pecados), una especie de Sé lo que hicistéis con imágenes de otras cadenas.
Estadella, por mucho que digan en los telediarios de TVE que presentó el último Un, dos, tres, fue tan sólo el sucesor directo de Mayra Gómez-Kemp en los primeros noventa. Una década más tarde el testigo fue recogido por Luis Larrodera (Roderas), quien a su vez sucedía en la presentación al catalán Josep María Bach.
Sí podrían acertar los Telediarios de la casa si asegurasen que el Un, dos, tres de Jordi fue el último con una audiencia brutal, a pesar de la competencia que ya había con las privadas.
Llenó de magia el concurso y protagonizó junto a Díaz Aroca uno de los tándems con más química de la televisión. Esa Miriam correteando por el plató vestida de payaso y gritándole: "Jordi, Jordi, Jordi...", y él perdonándole la vida, cual entrañable osito, sufrido y bonachón.
Su No te rías que es peor, con permiso de Ramón García, siempre será suyo, y al Semáforo lo convirtió en sublime con su porte de maestro de ceremonias y jugueteo con las féminas. Tensión puso en el nuevo milenio con Audacia, último concurso cultural que logró triunfar en televisión en horario de prime time.
Por su sello inconfundible, potente voz aterciopelada y buen rollo a raudales, Don Jordi merece un homenaje en televisión.
¡Suerte Estadella, ahí donde estés! Una parte de tí sigue en la memoria de los telespectadores que disfrutamos contigo y junto a tí, entre risas, aplausos y caceroladas.
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