“Te voy a reventar fuera, hija de puta, hija de la gran puta. Pedazo de zorra que eres una hija de la gran puta. ¿Meterse con un niño de dos años? Métete conmigo que tengo 29, pedazo de zorra, pedazo de hija de la gran puta, sal zorra, sal, si me estás oyendo, zorra, hija de la gran puta. Cojones tienes que tener hija de la gran puta”. (La legionaria a Melania).
Este monólogo se escuchaba en la madrugada de la casa de Gran Hermano (3 de la mañana) Mientras el realizador mostraba las imágenes del Jacuzzi, debió de quedar encendido algún micrófono de ambiente y pudimos asistir a uno de los momentos más “dulces” de esta emisión.
La cosa, no la sacaría a colación, si no fuera porque escuché a Mercedes Milá alegrarse en la “gala” del martes porque el hijo de 3 años de una amiga suya era fan de uno de estos grandes hermanos. Concretamente, fan de uno que decía que se lo montaba con todas.
Querida Mercedes, ¿crees que un niño de 3 añitos puede ser fan de cualquier personaje de tu programa?, ¿te gustaría que, como fan que es, permanezca atento al 24 horas y escuche estas lindeces cada dos por tres?
Pero esta no ha sido la única salvajada que dijiste el pasado martes, Mercedes. Mientras que criminalizabas a dos concursantes féminas por no haber salido en defensa de otra (una tal ¿Indira?, que, por cierto, tiene un banner de moda en tu blog) acerca de unos comentarios machistas, propusiste a otras dos “concursantas” salir desnudas en el Interviú a la vez. Una de las revistas más machistas que siguen tratando a tu "respetado" género femenino como sexo sin cerebro.
Hasta ahora te defendí, Mercedes, por ser capaz de hacer todo tipo de televisión: Desde las entrevistas más serias y comprometidas que te dieron la fama en su día, hasta el circo más gamberro para un Gran Hermano de adultos. Pero juntaste a niños con estiercol y fabricaste un feminismo en pro de las mentes machistas más recalcitrantes. Por ahí no paso.
Lo que te sale del bolo, querida Milá, es una auténtica mierda. Ojalá los niños sigan siendo fans de Pocoyó y no de tus bárbaros. Ojalá ninguna mujer te haga caso. Ojalá dejen de verte, y los que aún te adoran, dejen de estimarte. Ojalá nunca te dejen volver a hacer aquella añorada televisión.
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