viernes, 24 de julio de 2009

¿Fans, intelectuales, culturetas o frikis?





Sin récord. Aunque se esperaba una taquilla aún más arrolladora, la última versión de 'Harry Potter' en España ha sido número uno en taquilla al igual que su predecesora. ¿Cuál es el factor del éxito y del estancamiento en ese éxito de 'Harry' y de otras sagas "de culto"?

Henry Jenkins, autor de La cultura de la convergencia de los Medios de comunicación, dedica un capítulo en este libro al fenómeno de Harry Potter y sus fans.

"Harry Potter es un foco especialmente rico para el estudio de nuestras constricciones a la alfabetización, porque el propio libro aborda explícitamente temas educativos y porque el libro ha sido muy elogiado por incitar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de lecto-escritura", comenta este McLuhan del siglo XXI.

Confieso que nunca he podido con las grandes trilogías ni las historias fantásticas por capítulos, pero me interesa analizar el fenómeno fan y sus consecuencias. Explica Jenkins, que acaba de publicar Fans, bloggeros y videojuegos en la editorial Paidos Comunicación, que "del mismo modo que no asumiríamos tradicionalmente que alguien está alfabetizado si sabe leer pero no escribir, tampoco deberíamos asumir que alguien está alfabetizado con respecto a los medios si es capaz de consumirlos pero no de expresarse a través de ellos".

Me confieso un analfabeto total en las sagas Potter, Guerra de las Galaxias, Matrix y familia. Siempre me he sentido inválido para mantener conversaciones que aportaran datos acerca de los mundos dominados por los Ewoks (La guerra...) o sobre la verdadera naturaleza del Oráculo (Matrix).

Sencillamente no me sumergí, ni siquiera como iniciado, en esa pandemia de fans expandida por el mundo que hacen que estas películas se conviertan en sagas y que diseccionan cada plano convirtiéndose en gurús.

Quienes hayan quedado desenganchados del Potter en sus anteriores películas se verán limitados para unirse al carro de la nueva (sexta parte ya), con lo que la propia saga adquiere un carácter depredador, devorando a aquellos fans que no han podido seguirla o incluso la adelantarse a ella.

CONVERGENCIA CULTURAL

El libro de Jenkins es de referencia para cualquiera que quiera conocer las causas y efectos de la cultura popular actual. Les dejo algunas de las anotaciones que me merece la pena destacar.

Sobre cómo esta proliferación de fans y adeptos ayuda a la industria (el teoríco cibernético francés Pierre Lévy acuño el término "inteligencia colectiva" para referirse a ello):

"Como existe más información sobre cualquier tema de la que nadie es capaz de almacenar en su cabeza, tenemos un incentivo añadido para hablar entre nosotros sobre los medios que consumimos. Esta conversación crea un murmullo cada vez más valorado por la industria mediática".

"Ninguno de nosotros puede saberlo todo, cada uno de nosotros sabe algo; y podemos juntar las piezas si compartimos nuestros recursos y combinamos nuestras habilidades. La inteligencia colectiva puede verse como una fuente alternativa de poder mediático".

Críticas negativas a esta nueva forma de relacionarse con las sagas:


Fiona Morrow (London Independent): "Pueden llamarme anticuada, pero lo que a mí me importa es la película y sólo la película. No quiero tener que "intensificar" la experiencia cinematográfica con una sobrecarga de trucos y engaños".

Ivan Askwith (Salon): "Aunque las nuevas películas, vídeojuegos y cortos de animación estén a la altura de los estándares establecidos por la primera película, persiste la inquietante sensación de que Warner Bros, está sacando partido de los seguidores de Matrix para ganar dinero mientras pueda."

Personalmente, comparto con estos autores la idea de que estamos ante un "marketing inteligente" más que "narración inteligente". A la hora de ver una película busco una buena historia, y a poder ser cerrada, que me lleve más a reflexionar sobre lo que me ha contado que a indagar en lo próximo con lo que me podría sorprender. No creo que a ese río de informaciones boca a boca pueda llamársele "inteligencia colectiva" sino más bien "economía colectiva".

Existe un enorme interés por integrar el entretenimiento y el marketing, para crear fuertes vínculos emocionales y emplearlos para aumentar las ventas. Los grandes taquillazos y el merchandising que crea les corresponde a ellos, a los "frikis" (monstruos).

Un término cada vez más querido por la industria que trata de asemejarlo al de "intelectuales del siglo XXI".

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